Hasta ahora, Jean-Luc Delarue tenía un currículo impecable. Además de batir récords de audiencia con su programa Ça se discute (Esto se discute), el presentador estrella de France 2, la tele pública francesa, cultivaba una imagen de caballero y de yerno perfecto. Hasta que el pasado 13 de febrero tomó en París el vuelo AF-990 de Air France-KLM con destino a Johanesburgo (Suráfrica). Para combatir su fobia a volar, Delarue ingirió medicamentos que, mezclados con alcohol, le produjeron un efecto devastador. Su comportamiento agresivo y libidinoso, por el que será juzgado por delitos que pueden comportar hasta cinco años de prisión, ha disparado la alarma en Francia sobre las actitudes indisciplinadas en los aviones.

FOTOS MEDIO DESNUDO

Este caso ha sido aprovechado por los sindicatos de Air France para airear una situación preocupante. Como ocurre un centenar de veces al mes, especialmente en los trayectos a Rusia o el Caribe, en el vuelo París-Johanesburgo un pasajero perdió el control. El pasaje asistió atónito a las evoluciones de Delarue, que se paseaba medio desnudo y agredió sexualmente a varias pasajeras. Algunas tomaron incluso fotos del animador ebrio que han sido reproducidas por los diarios franceses.

Cuando un asistente de vuelo intentó convencerle de que no bebiera más, la estrella televisiva reaccionó increpándole con agresividad, razón suficiente para que el personal de cabina adoptara una medida extrema: atarle a su asiento. Así aterrizó en Johanesburgo Delarue, que debe a su popularidad el hecho de que el comandante no avisara a las autoridades surafricanas, lo que le evitó la experiencia de conocer por dentro una prisión del país.

Pero no por eso se ha librado de la justicia. A su regreso, el pasado 25 de febrero, la policía francesa le recibió en el aeropuerto Charles de Gaulle. Tras declarar durante nueve horas, el presentador fue puesto en libertad bajo la acusación de "violencia y ultrajes a personas encargadas de una misión de servicio público, agresión sexual y tentativa de perturbar la circulación aérea".

El juicio se celebrará dentro de un mes. Pese a afirmar que no se acuerda de todo lo sucedido, Delarue ha admitido los hechos que se le imputan. "Se me cruzaron los cables", ha confesado. El reconocimiento de la culpabilidad le permitirá acceder a un nuevo procedimiento judicial, que permite que las dos partes alcancen un acuerdo, cuya validez debe ser ratificada por un juez en una vista oral.

Apesadumbrado, el presentador aduce en su declaración que sufre fobia al avión y que estaba muy tenso por la presión que sufre últimamente. A los 42 años, Delarue acaba de ser papá, razón por la que ha sido objeto de persecución de los paparazi por captar la imagen del bebé. A ello añade la grabación en batería de diversos programas antes de sus vacaciones.

La dirección de France 2 ha optado por no inmiscuirse alegando que su presentador estrella trabaja para su productora y, por tanto, no es un asalariado de la cadena. "Este asunto es de orden privado", se ha limitado a decir la dirección.

El comportamiento de Delarue está tipificado como el más grave en la clasificación de pasajeros indisciplinados. Las compañías distinguen entre tres categorías. La C3, la más peligrosa, implica un comportamiento atípico grave --normalmente violento-- y autoriza al personal a atar al pasajero.