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Entrevista Holly Hunter.La actriz encarna a una detective de policía, en ´Salvandoa Grace´, de Cuatro.

"No me interesa lo políticamente correcto"

"No me interesa lo políticamente correcto"

A los 50 años, con un Oscar, dos Emmy y un Globo de Oro en su haber, Holly Hunter ha vuelto a sus raíces: la televisión. Subida a la cresta de la nueva ola de estrellas de cine que reinan en la pequeña pantalla, Hunter ha revitalizado su carrera. En la serie Salvando a Grace interpreta a Grace Hanadarko, una promiscua detective de policía, aficionada al alcohol y al tabaco y con un turbulento pasado. Y con un ángel de la guarda que la protege 24 horas al día.

--¿Qué le atrae de la televisión?

--Que te ofrece la oportunidad de desarrollar un personaje gradualmente y tener una relación continua con él y con el resto de actores con los que trabajo. En el cine tienes que contar una historia en menos de dos horas, por lo que todo es más condensado, rápido y estructurado. Con Salvando a Grace llevo trabajando 13 horas, 11 más que cualquier otro personaje.

--Parece ser que últimamente se hacen mejores series de televisión que películas de cine. ¿Está de acuerdo?

--En mi caso, tengo que decir que Grace es un personaje mucho más complejo e interesante que los que me han ofrecido últimamente en cine. No hay papeles femeninos tan tridimensionales como este. Lo que también me gusta de la serie es que no se sabe mucho de mi personaje. Capítulo a capítulo se van revelando nuevos aspectos de su pasado y, poco a poco, vas obteniendo más información sobre ella, pero nunca se llega a conocerla a fondo.

--¿Qué piensa del aspecto sobrenatural, eso de ángeles que bajan del cielo para salvar a humanos?

--Creo que hay un gran interés hacia estos seres divinos, tanto desde el punto de vista religioso como del de la cultura popular. Los ángeles forman parte de ella, su imagen está en todas partes. Los hemos visto durante décadas en el cine. Pero este ángel es diferente y su misión es distinta a la que estamos acostumbrados a ver, y eso es lo que me interesa. La relación de Grace con Earl (el actor Leon Rippy) tiene cierta dosis de peligro, de sexualidad. Mantienen una dinámica muy diversa; es como una relación interminable.

--¿Cree en las segundas oportunidades en la vida?

--Sí, yo he tenido unas cuantas (ríe). A veces, me arrepiento de cosas que hice y que me hubiera gustado no haberlas hecho, pero si no fuera por ello, hoy no estaría aquí. Un simple cambio en una molécula significa un cuerpo nuevo. Ahora prefiero pensar en lo afortunada que soy por lo que tengo. No hay más que leer el periódico cada día para darse uno cuenta de ello.

--Grace cuestiona la existencia de Dios. ¿Y usted?

--No me considero una persona religiosa, ni profeso ninguna fe. Al igual que muchas otras personas, me cuestiono continuamente por qué pasan las cosas que pasan, por qué estamos involucrados en tantas guerras, por qué existen tragedias como la de Darfur, por qué ocurrió el ataque de las torres gemelas... El ateísmo está en alza, pero también los canales de televisión religiosos y el evangelismo de extrema derecha, como el que existe en Estados Unidos. Pienso mucho en lo que dice Earl sobre la conciencia colectiva, en el karma que ha ido acumulando la humanidad a lo largo de los siglos y la energía que eso ha ido creando. Puede que esa sea la respuesta a todo eso. Sin duda, da pie a cuestionarse cosas, y eso es bueno.

--Uno de los aspectos más interesantes de del personaje que interpreta es su sexualidad...

--Es precisamente una de las cosas que más me interesaba explorar del personaje porque, como actriz, es algo que en Estados Unidos no solemos hacer con frecuencia. La sexualidad está relegada a ser expresada desde un contexto romántico. Era mi primera oportunidad de hablar de algo que forma parte de nuestra vida y sobre lo que fantaseamos en gran medida. Grace es una mujer muy desinhibida a nivel sexual, algo que también toqué en la película El piano y más tarde en Crash. Es un tema de conversación que he tenido a lo largo de mi carrera de actriz: hablar de este aspecto del ser humano que tan pocas veces se ha explorado, tanto en el cine como en la televisión de este país. Sobre todo, tratándose de la protagonista de la historia.

--¿Y qué es lo que le hace ser tan buena policía?

--Precisamente eso, que es muy instintiva, nada intelectual. Lo bueno de interpretar es que puedes pretender ser alguien distinto a ti y utilizar tu voz, tu cuerpo y tu mente para llevarlo a cabo, algo muy excitante, porque es algo que no vives en el día a día. Grace ama el riesgo y lo busca. Yo lo hago a través de la actuación.

--Ama también el alcohol, el tabaco y las armas, algo que en la sociedad actual se considera políticamente incorrecto...

--No cabe duda que fumar y beber en exceso es un hábito malísimo que puede acabar con tu vida, pero a mí no me interesa lo políticamente correcto. Yo soy artista, no un político y, por lo tanto, quiero explorar ese tipo de cuestiones. Cuando voy a un museo, no le pido a una escultura que me dé respuestas, quiero que provoque alguna reacción en mí, que me cuestione cosas. Para eso está el arte. Cuando hago una película, no es para servir de eco de lo que es políticamente correcto en nuestra sociedad. Mi trabajo es explorar el comportamiento humano, el alma humana en toda su extensión. Nuestra alma es capaz de muchas cosas, de experimentar tanto la luz como la oscuridad. Eso es lo que aspiro a hacer con mi trabajo.

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