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CANIBALES

Dramaturgo

Después de la boda de Belloch, lo que más me ha estremecido en el reciente final del año 2002 ha sido el caso de ese fulano alemán que quedó con otro para cortarle el pene y comérselo. Estoy lleno de dudas, se me atropellan mis neuronas de dramaturgo exigiéndome un algo para contar, un conflicto, una historia, lo que sea..., porque ¡vaya tela! ¿Cómo es posible contactar con un tío por internet para que te corte el pito con la intención de comérselo? Al revés es fácil, porque en internet hay mucho vicioso que quiere comerte esas cosas, pero con el árbol puesto, sin cortarlas. Pues nada, que va uno y dice que sí, que quedan en un bar y se van para casa. Allí proceden a usar el pito por última vez y se lo corta uno al otro, lo hierven... ¡lo hierven!... los dos, el cortador y el amputado allí hirviendo el cacharro que estaba tieso y duro por el uso, y se lo comen cortado (otra vez) en rodajas. Como el caníbal seguía con hambre, metió al canibalizado en la bañera (ya sin pito, por supuesto) y le pegó una cuchillada en el pescuezo, más que nada para no tener que descuartizarle vivo, lo que el otro le agradeció vivamente o muertamente. Y se empezó a comer los solomillos del otro, la nalga, etcétera. Dice el caníbal que en primavera asó las costillas en una barbacoa en su jardín y estaban que te cagas untaditas de mostaza.

¿Qué les parece? La explicación que da el caníbal es que está poseído por una bruja que de chico se vengó de su madre porque le había birlado un amante, y que lo convirtió en caníbal. Dice, además, que la sensación de tener un ser humano en la tripa es única. Para que luego me digan que tiene mérito inventarse una obra de teatro o una novela...

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