Una avería importante dejó ayer inermes a muchísimos usuarios de teléfonos móviles de la compañía Vodafone. La mayoría de la gente no sabe que el presidente de la primera operadora mundial y la segunda en España (8,6 millones de clientes) después de Movistar es Christopher Chris Gent (Londres, 1948), que lleva en el cargo desde 1997 y ya ha anunciado que lo dejará el próximo mes de julio. En tan corto espacio de tiempo, ha devorado a la competencia y ha multiplicado por cuatro el tamaño de esta empresa británica surgida en 1985 como filial de Racal, una suministradora de aparatos electrónicos de defensa.

Gent iba para político cuando dirigía las juventudes del partido conservador de Thatcher, pero de la noche a la mañana se volcó en el mundo de los negocios, llevado de su pasión por los temas tecnológicos. Tras su paso por varias empresas del sector, fichó por Vodafone a los 37 años y a los 49 ya era el presidente. Antes de adquirir Airtel en España, se hizo con American Airtouch (1999) y con el gigante alemán de la telefonía móvil Mannesmann (2000), pese a la oposición del Gobierno de Schröder. La operación le costó el equivalente de 30 billones de pesetas y aún está pendiente la acusación de soborno a los ejecutivos alemanes para facilitar la compra. "No soy un tiburón desaprensivo", ha dicho el escualo Chris Gent.