El estreno oficial anoche de Historias de la puta mili en Irak nos trajo el recuerdo del dibujante Ivá, el creador de los personajes y de las situaciones sobre las que se basa el autor y director del montaje, Angel Alonso Tomás (Carenas, Zaragoza, 24-1-1942). Ambos eran muy amigos. Tanto, que viajaban juntos aquel infausto 22 de julio de 1993 en que el padre de Makinavaja, el último choriso murió en una carretera riojana. Alonso sufrió lesiones muy graves, pero se recuperó. En 1989 y en 1991, los dos habían montado la primera y la segunda entrega de Historias de la puta mili; en otoño de 1993, Alonso estrenó la tercera. Esta de ahora es la cuarta, pero en ella ya no aparece el sargento Arensibia. No concibe otro intérprete que el ya fallecido Ramón Teixidor, el actor al que Alonso descubrió para interpretar el papel.

Aparte de la puta mili, Alonso es una pieza vital en el teatro independiente. En 1972, fundó la sala alternativa Villarroel Teatro (un año después convertida en una cooperativa regida por el propio Alonso y Adolfo Bras, entre otros), por la que pasaron los que luego fueron santones de la escena. Con casi 50 espectáculos como director (de Brecht, Arrabal y Fo a La extraña pareja, con Paco Morán y Joan Pera), todavía Alonso es proclive al lamento: "Mi constante es que nunca nadie ha creído en mí, salvo yo". Ya es bastante.