XExxtremadura nuestra tierra, extrema y dura como señala su denominación y consignada por siempre como tierra de conquistadores, sigue en nuestros días cosechando conquistas, pero en esta ocasión, en el corazón de la gente, ganando su cariño y afecto por donde quiera que pisa. Forma parte de la idiosincrasia de nuestro terruño e impregna como valor inherente a cada uno de los extremeños que la conforman.

La Junta de Extremadura es conocedora de ello y aprovecha ese potencial para ensalzar las grandezas de la política. En pocos años, como región, hemos sido pioneros en muchas cosas de las que debemos sentirnos orgullosos como extremeños. Sin embargo, ninguna de ellas alcanza la magnitud humana del Programa Compañía.

La iniciativa, que es ejecutada de manera operativa por la asociación AFAL (Asociación Extremeña de Ayuda a las Familias Afectadas por Leucemia, Linfomas, Mielomas y Aplagias), cuenta con infraestructura inmobiliaria en diversas ciudades del país. Concretamente en Madrid, existen seis pisos totalmente habilitados y acondicionados en los cuales se alojan pacientes y familiares canalizados por el Servicio Extremeño de Salud a hospitales de la capital. Además, el programa también contempla los desplazamientos desde las viviendas a los centros hospitalarios y viceversa.

Expresado de esta manera, y sin haberlo vivido in situ, puede sonar a algo interesante pero sin especial relevancia, pero no es así. Con él, la administración regional, junto con AFAL, acompaña a las familias para que ningún enfermo extremeño se quede huérfano cuando por causas de fuerza mayor necesita ser trasladado fuera de la comunidad autónoma. El paciente y su familia se ven arropados y sienten cerca el calor de su tierra, lo que hace más llevadero el desasosiego, el dolor, el desaliento, la intranquilidad, la desesperanza y la tristeza que les embarga en momentos de tanta dificultad. El Programa Compañía, pionero en España, se convierte, pues, en un auténtico ejercicio de profundización política en pro del bienestar de los extremeños, en cuyo interior destaca el gran componente humano que lo inunda y que lo hace especial.

Dicha medida es fruto del desarrollo y ejecución de políticas, con mayúsculas, desde la Junta de Extremadura. Pero no es menos cierto que su materialización no sería posible sin la aportación y el trabajo de campo que desempeña AFAL como base operativa del programa. Presidida por José María Paredes, coordinada por José Fernández y capitaneada en Madrid por Angel Panzano, AFAL hace del Programa Compañía una realidad apenas conocida para la mayor parte de la sociedad extremeña pero bendecida exacerbadamente por aquellos extremeños que por desgracia se han visto en la necesidad de trasladarse fuera de Extremadura por enfermedad.

Desde el comienzo, todos los esfuerzos van dirigidos a aliviar la desgracia que trae pareja la enfermedad y a facilitar la estancia foránea del enfermo y los familiares. Así se intentan evitar todos los problemas colaterales que por añadidura se presentan en situaciones de estas características, para conseguir que estos se centren primordialmente en lo esencial: la enfermedad.

Y es en esta ardua tarea donde aparece en escena Angel Panzano, madrileño de pura cepa y miembro de honor de la Asociación Extremeña AFAL. El es el responsable, en Madrid, de coordinar los traslados de las casas a los centros sanitarios y viceversa, pero sobre todo él es el encargado del trato directo y humano, haciendo de ello su labor cotidiana, para lograr lo más importante, que el enfermo y los familiares sientan momentos de calidez que apacigüen las duras jornadas de hospital.

Toda la estructura y ejecución del programa constituye en sí una gran labor social. Abunda, desde un concepto humano, en principios esenciales como la solidaridad, la igualdad y la fraternidad. A través del mismo se posibilita el mejor ambiente posible dentro de situaciones de extrema hostilidad y se propicia que todos los esfuerzos se vuelquen en lograr el mejor desenlace para la enfermedad. Estas son las señas de identidad del Programa Compañía.

En definitiva, se trata de un proyecto con un alto perfil humanitario que, en los tiempos que corren, se hace necesario poner en valor.

*Secretario general de Juventudes Socialistas de Extremadura