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LA POBREZA DE LOS POBRES

THte recorrido cientos de ciudades en América, Europa y Africa. Hay escenas escalofriantes que no puedo soportar. Se estremece todo mi ser cuando contemplo a viejecitos y hasta familias enteras durmiendo en la calle, a la intemperie y con intenso frío. Son los sin techo los mismos que cada mañana abrirán el contenedor de tu puerta como si abrieran una nevera, con cuidado de que no se mezclen los productos de su interior, de que no se deshagan las bolsas, diseccionando con espíritu de forense cada bote, cada envoltura. ¿Que harán en el caso de hallar un bebé en el interior del contenedor, cosa no extraña? ¡Terrible sociedad la nuestra!

No olvido aquellos niños de la calle viviendo junto al basurero de una gran ciudad del Brasil y al grupo de viejecitas con algunos niños durmiendo en los pórticos de la basílica de Caocupé Paraguay...

Pero no busquemos estas escenas lejos de nosotros. En nuestro país duermen cada noche en la calle más de treinta mil personas.

Esta realidad traen otros recuerdos y hacen pasar por mi mente lo que a continuación expreso: Pobreza y riqueza no son dos situaciones independientes, sino correlativas: no se da la una sin la otra, ni viceversa. Tan es así, que contra lo que se suele decir, los verdaderos signos de la riqueza de los ricos son la pobreza... de los pobres.

No es menester recurrir a la suntuosidad de las zonas residenciales, mansiones, turismos, yates, banquetes; basta con calibrar la miseria de las viviendas sociales , los utilitarios, el hambre, la soledad y la pobreza de los pobres.

Los ricos son tan ricos y viven tan ricamente que no les cabe en la cabeza que otros puedan vivir mal. Los hay tan ricos que incluso han llegado a ver normal que los demás sean pobres.

Cuando caminemos por las calles de cualquier ciudad y veamos a los sin techo , escuchemos el grito del hombre o mujer que esconde aquellas mantas sucias y mal olientes, y que te dicen con un tono que estremece: sí, soy alguien sin techo y sin derechos. Hoy también duermo en la calle. A la sociedad le falto yo. No pases pensando en tus cosas. Yo no solo necesito un techo, sino sobre todo respeto, afecto, formación, seguridad, autonomía, comprensión y derechos humanos, ¿Dónde puedo encontrar todo esto?

*Licenciado en Filosofía

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