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"El pésimo teatro electoral del PP", por José Manuel Villafaina

La denuncia por una facción del PP de cómo el grupo de cabaret `La Botika´ actuaba con una obra para adultos en presencia de niños en una plaza ha resultado un fracaso por falsedad y por ignorancia teatral

La denuncia por una facción del PP de cómo el grupo de cabaret La Botika actuaba con una obra para adultos en presencia de niños en una plaza, todo un espectáculo de contenido electoralista y de comedia de enredos en su forma, montado escandalosamente en varios actos y escenarios --ruedas de prensa, debates, videos, etcétera--, ha resultado un fracaso por falsedad y por ignorancia teatral de sus pésimos actores: Martín Tamayo, José Antonio Monago y Consuelo R. Píriz , que han hecho el ridículo.

A lo largo de la función he indagado imaginando el rostro de perplejidad de los artistas de teatro extremeño al conocer --al principio de la trama-- la impostura del enredo, basado en que la obra era coproducción de la Junta . Y la cosa era para desconfiar, conociendo la normativa de Cultura, que no permite subvencionar montajes comerciales de este tipo.

El desmontaje de tan necio argumento tuvo lugar en un debate donde José M. Corrales , desveló --en presencia de M. Tamayo y Fifí Miranda , actriz del grupo-- que la obra en cuestión no es una coproducción de la Junta, sino del ayuntamiento del alcalde popular Saponi y de la Fundación Canal de Isabel II, (auspiciada por Esperanza Aguirre ). Por otra parte, Fifí lamentaba también la contradicción y doble moral del PP, pues con su denuncia --exhibida en un video-- está difundiendo una obra que ellos mismos han patrocinado y considerado obscena. El desenlace fue bochornoso: Martín Tamayo que perdió el papel del enredo, se encolerizó cuando los tiros de su escopeta le salieron por la culata y, aturdido y con el marrón en la boca, se le ocurrió embestir a trochemoche contra Corrales --actor prevenido-- por decir que la obra era "nauseabunda" (una verdad como un templo).

PERO LO peor son las declaraciones de R. Píriz defendiendo su política cultural municipal con una sarta de bufidos gratuitos contra los políticos que han cuestionado la calidad de su festival teatral de Badajoz; y por otra parte, culpando al consejero Francisco Muñoz , de programar la obra de La Botika , con incongruencias difamatorias adornadas con un halo de satisfacción personal en cuya fiebre se captan delirios, como pedir a Dios que Muñoz, candidato socialista a la alcaldía, "no salga" por si su oferta cultural consiste en divulgar "este tipo de actuaciones".

La primera cuestión exige la contestación. Porque la concejala calla que fue la gente de teatro quien criticó la torpeza de su gestión, con el manifiesto La rancia política teatral pacense , firmado por 15 compañías extremeñas --publicado en 2002--, por montar con una compañía foránea un festival de vulgaridades y hacer pagar a los niños para ver obras comerciales con personajes que giran alrededor del sexo (como los de La Botika ).

La otra, donde culpa a Muñoz porque la Junta ha permitido la obra en sus circuitos resulta también un bumerang que se vuelve contra el rostro de la hipocresía. Dice que respeta la libertad de expresión, pero desconoce que los grupos pueden ofertar libremente sus obras a municipios, que son los que solicitan la ayuda económica a la Junta (a la que sólo se puede criticar que la programación no la manejen funcionarios que no funcionan).

En ambos líos la concejala, que ha querido hacer méritos en su papel dando un doble salto mortal, se estrella de bruces contra la escena. Igual Monago, que con cínica osadía ha reincidido oficiando la misa en escena cuando ni siquiera es monaguillo en el Arte de Talía. Y Martín Tamayo, por recalcitrante incordiando en hechos culturales, olvidando que fue consejero de Cultura de infausto recuerdo para el teatro, ahora utilizando al grupo cacereño con la mala fe --del trucaje ya clásico-- de querer desgastar la labor cultural del consejero del PSOE. Una labor que en el teatro infantil y juvenil hay que reconocer a Muñoz por las valiosas coproducciones (ver Niña Frida , bello montaje de Karlik-Al Suroeste) y el Plan de Acción Teatral en la Extremadura Rural, evaluado por los pueblos (incluidos los del PP) como actividad educativa excelente. Por tanto, Martín Tamayo y compañía deben en sus montajes políticos ser más sensatos y rigurosos, y conocer mejor el tinglado de la vieja farsa, porque se exponen a que artistas expertos en personajes de su condición les dejen con el culo al aire de su incompetencia.

*Profesor y crítico teatral

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