Alcázar, cese lógico

El Cacereño hizo pública ayer la destitución de su entrenador, Angel Alcázar, y su sustitución por Angel Marcos. La decisión parece la más lógica a la vista de los resultados del equipo en el arranque de la temporada --solamente ha sumado dos puntos de los 18 posibles y es último en el grupo II de Segunda División B-- y sobre todo por la enorme impopularidad que se había granjeado el hasta ahora técnico entre la hinchada, lo que se había convertido en un irreversible factor de desestabilización.

Resulta llamativo este divorcio , sobre todo porque hace apenas unos meses fue Alcázar el que condujo al equipo verde a Segunda B después de seis largas temporadas en Tercera. Sin embargo, no ha sabido rentabilizar ese éxito a nivel de imagen y no se ha ganado ningún aliado para cuando, como ha ocurrido ahora, han venido mal dadas.

El equipo no es tan malo como para estar tan abajo. Un artesano de los banquillos como Marcos, que puede presumir de un rotundo historial de éxitos en el banquillo cacereño, intentará que la unidad vuelva al Príncipe Felipe. Si no es así, será difícil despegar, justo cuando el club había recuperado el optimismo institucional.