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artículo del día

Desaire a Rajoy de la Europa conservadora

España ha quedado fuera del resorte de bloqueo de la UE, pese a las desesperadas peticiones de Rajoy a Merkel y Sarkozy

Mariano Rajoy pasó las dos últimas legislaturas asegurando que España había perdido peso en las instituciones europeas y diciendo que la culpa de esto la tenía el Gobierno socialista y su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero . Esta es una de las falacias de Rajoy que han empezado a ser desmontadas por la realidad de los hechos, como lo serán otras muchas en los próximos tiempos. Pero no adelantemos acontecimientos. Centrémonos solo en lo que ha sido el brillante debú en la Unión Europea de Mariano Rajoy como presidente electo del Gobierno de España.

Como sabe el lector, los 26 han suscrito un importante pacto para salvar la Unión y para resolver sus problemas financieros y económicos. Uno de los resortes para resolver estos problemas es el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEE), que sustituye a lo que hasta hoy se ha llamado Fondo de Rescate. El MEE es un arma financiera --y también política-- muy poderosa. Por eso los países con mayor peso en la Unión se reservan un procedimiento de control que permite bloquear o vetar los futuros rescates. Mariano Rajoy aseguró después de ganar las elecciones, como había prometido en la campaña electoral, que, con él, España entraría en el núcleo duro de Europa, es decir, en el grupo de los países que toman las decisiones. La realidad, sin embargo, es que, a las primeras de cambio, España ha quedado fuera del resorte de bloqueo del MEE, pese a las desesperadas peticiones formuladas por Rajoy a sus correligionarios europeos, tanto por sí mismo, en las reuniones a dos mantenidas con sus líderes y en el 20º Congreso del Partido Popular Europeo (PPE) celebrado recientemente en Marsella, como a través del presidente en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, que con toda lealtad, y haciendo más de lo que debía, ha actuado en la cumbre de la Unión Europea como un recadero del presidente electo.

XESPAÑAx no solo no entra en el núcleo duro de la UE, como dice Rajoy, sino que ni siquiera va a formar parte del grupo de países con capacidad de bloqueo en el MEE. Y se lo han impedido nada menos que los correligionarios alemanes y franceses del señor Rajoy, es decir, líderes de su misma ideología y que forman parte, con él, del PPE.

El desaire es de antología, no solo porque significa decir que no a un presidente recién elegido que necesita como el agua gestos exteriores para justificarse ante los españoles, sino sobre todo porque quienes lo desairan son Merkel y Sarkozy , cabezas visibles de la derecha europea, y porque hubiese bastado una pequeña cesión --total, unos pocos puntos porcentuales--, para que España hubiese formado ese núcleo duro en el MEE, junto a Alemania, Francia a Italia, que sí estarán en él, monopolizando entre los tres, frente al resto de países de la Unión, la capacidad de veto.

El asunto no es baladí, tanto para España --por lo que significa de pérdida de peso político a pesar de lo prometido por Rajoy--, como para el conjunto de los países del euro. Hasta ahora, las decisiones adoptadas por la Unión para ayudar o rescatar a uno de los países miembros a través del Fondo de Rescate, requerían la unanimidad de todos ellos. Esto era un problema, desde luego, porque bastaba que uno solo, aun el más pequeño, dijese que no, para que no se pudiese actuar. Pero también era una garantía democrática de que todos los socios tenían los mismos derechos y la misma voz.

Con el nuevo sistema, basta con la mayoría doble computada sobre el porcentaje de capital suscrito en el Banco Central Europeo (BCE) por cada país. Alemania y Francia han planteado que ese porcentaje alcance el 85%, con lo cual, solo esos dos países e Italia conservarán la capacidad de veto o bloqueo. Mariano Rajoy pidió que ese porcentaje llegara al 90%, con lo cual, España, que tiene un 11,9% en el BCE, entraría en el núcleo de bloqueo. Solo que los gobiernos alemán y francés, grandes amigos de Rajoy, rebajan la cuota de España al 9%. Dicho de otra manera, hubiese bastado con que la minoría de bloqueo se hubiese reducido del 15% al 10%, para que España hubiese entrado en el núcleo duro con su 11,9%.

La entrada en Europa de Mariano Rajoy como nuevo presidente del Gobierno de España no ha podido ser más deslumbrante. A las primeras de cambio, sus amigos, camaradas y socios de la derecha europea le han dicho directamente que no. El desaire es colosal. Esto es solo el comienzo, en Europa y en España, del proceso que irá desmontando, una por una, las falacias con las que Rajoy tejió su discurso político durante los últimos ocho años. En los próximos tiempos veremos cosas parecidas en relación con el paro, con los terroristas de ETA, con la unidad de España, con el aborto y con tantas cosas más que dijo Mariano que con él cambiarían.

Rajoy iba a devolver el prestigio internacional a España y lo primero que ha conseguido en Europa es una seria advertencia sobre la dimensión de su propio prestigio.

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