Estuve en el '15-S' en Madrid y el título de ésta entrada tiene también que ver con lo que vi en la manifestación... porque es como si estuviéramos un tanto secuestrados por toda ésta situación que estamos viviendo.

Hoy, me apuntaba un amigo que el problema no es que haya cada vez más injusticias, es que no se han creado más soluciones basadas en la justicia... le respondí, diciéndole que sí es un problema, porque éstas injusticias están provocando cada día más desigualdades y éstas se agrandan.

No hay más que ver la foto de la enorme manifestación de Madrid, pero al regreso de la misma, quise acercarme al Congreso de los Diputados. No pude. Estaba vallado y además lleno de policías y furgones.

Pensé que era una foto que recordaba otros tiempos. Tuve toda la impresión de que la Cámara de los representantes de nuestro país estaba secuestrada. No podía acercarme como ciudadano en libertad a hacer simplemente una foto o pasear al lado de la puerta de los leones. Me lo impedían.

Por ello, con la lectura de la prensa del domingo y con la crónica del artículo "Parapetados tras las vallas", no solo me razoné aún más en mi reflexión en el autobús en el viaje de vuelta, sino que además me reafirmé con la lectura del artículo.

La claridad del secuestro en que se encuentra el Parlamento no sólo está en su exterior, también sufre las consecuencias de ese secuestro su interior, sus representantes en cierta manera. Pero no sólo por las vallas, sino que esas promesas que tanto un partido como otro (los dos mayoritarios) habían publicitado en sus programas electorales, sobre el dinamismo del Parlamento, me hacían aún más convencerme de que por diversas causas, estaba asistiendo a muchas etapas de éste secuestro democrático y lo más negativo de todo ello, es que aquí en ésta etapa estaban colaborando los partidos democráticos.

En Madrid pedíamos entre otras muchas cosas un referéndum. Porque éste tiene todo su argumento en el secuestro de lo que está pasando. Cómo por la propia situación nos estamos quedando sin derechos. Derechos que se pierden y que nos costará muy mucho recuperar.

Después, un Observatorio en plan encuesta sobre la situación general del país, nos hacía volver de nuevo a las causas de éste secuestro. Las razones en sus respuestas; en sus quejas; en sus resultados; en sus efectos en la ciudadanía y en cómo éstas razones alejan de la política y esto si que es verdaderamente peligroso.

XSON MUCHASx las encuestas en las que la desafección y el distanciamiento de la ciudadanía respecto a la política coinciden y desde hace tiempo. A veces, se ha respondido desde las direcciones políticas de los partidos, como que se ha entendido el mensaje... demasiadas veces ya, dicen los ciudadanos la misma respuesta y sin embargo, la realidad es que sigue apareciendo como uno de los primeros problemas de nuestro país.

Porque en el ámbito económico, las decisiones y rectificaciones de los Gobiernos sobre las medidas a adoptar frente a la crisis no ha hecho más que desorientar aún más a la sociedad y generar más incertidumbre.

Urge salir de la crisis, porque ésta lleva sobre las espaldas de los ciudadanos demasiado tiempo y la ciudadanía comenzó hace tiempo a no creer en nada ni en nadie.

Urgen otras políticas y otras formas; es necesario que se recupere el sentido común; el sentido de país, porque los ciudadanos llevan demasiado tiempo sin respuestas a sus problemas.

Es necesario y comienza a ser imprescindible, porque éste otoño que se inicia tiene toda la pinta de ser muy convulso y a río revuelto, ya se sabe; y en éste temporal, hay muchos intereses e interesados, desde que la crisis colocó a la política en el centro de las miradas como un problema y no como una solución a la situación.

Los mensajes siguen sin entenderse y el resultado no es el mismo para unos que para otros. Unos entendemos y necesitamos de la política para generar más bienestar y conseguir mayor igualdad. Otros, quizás simplemente no la necesitan.

Por ello, hace tiempo leí que aquel que puede mirar, ve y si puedes ver, repara. Antes de que sea tarde.