MESSI

Falsos inmaduros

María Faes Risco

Madrid

Vivimos en una sociedad tan tutelada que personas mayores de edad, hechas y derechas no tienen la dignidad ni el pudor necesarios para afrontar sus responsabilidades, e intentan evadirlas, declarándose inmaduras que confiaban en su papá o en su pareja. ¿Cómo pueden tener tan poca vergüenza para acudir a esas excusas, tan vergonzosas como ilegales, personas que destacan en el campo de los deportes y hasta de la "nobleza"?

DE PLASENCIA A JAEN

El traslado del obispo

José Antonio Barquilla Mateos

Trujillo

El sábado 28 de mayo tuvo lugar, en Jaén, la toma de posesión del nuevo obispo, el que había sido de Plasencia, Amadeo Rodríguez Magro. Sustituía al obispo Ramón del Hoyo y fue presentado por el nuncio de su santidad en España, cuyo nombre no recuerdo. Las campanas de la catedral de la ciudad andaluza repicaban. Mientras tanto, con su alegría de fiesta, al fondo, levantando con su euforia de bronce el vuelo de las palomas y asustando a los pajarillos de los aleros. Se presentaron al nuevo obispo, en acto de obediencia, representantes de las cofradías, de Cáritas, y hasta él, llegaron, a besarle el anillo, tres reclusos, a los cuales se les notaba, claramente emocionados. Sonó después, el canto de gloria, el aleluya que se elevó, como un pájaro, blanco y feliz por las altas bóvedas de la catedral, llamada nuestra señora de la Asunción de la Virgen María. Amadeo leyó la homilía, a mi desapasionado modo de ver, un tanto monocorde, no obstante la emoción y el nerviosismo que el obispo mostró en ese día, cosa lógica. Hubo una lectura del profeta Ezequiel, hecha por un hombre, que por el aplomo y la convicción que puso en la lectura, diríase que leía el propio profeta. Las campanas de la catedral seguían volteando con tanta alegría que parecía que el mismo Quasimodo, el campanero literario de Nuestra Señora de París, las tocaba.

EL TIEMPO

La existencia

Pedro Serrano

Valladolid

Por boca de un viejo venerable, el Desengaño, Quevedo nos pregunta en El mundo por de dentro (Los sueños): "¿Tú por ventura sabes lo que vale un día? ¿Entiendes de cuánto precio es una hora? ¿Has examinado el valor del tiempo?". Solemos decir que el tiempo es oro, pero luego lo despreciamos y malgastamos como si fuera hojalata. Somos finitos, pero nos comportamos como eternos. Somos frágiles y vulnerables, pero nos creemos indestructibles. ¿Por qué? ¡Vaya usted a saber!

Tal vez sea por nuestra disposición natural a la idiotez y simpleza o porque, al comprender que la vida es un suspiro angustioso y melancólico, necesitamos revestirnos de vanidad e ilusión para soportarla. Sea como fuere, la realidad es que la vida es tan solo un breve desvelo; pues, apenas despertamos a la vida, ya nos volvemos a dormir. Por ello, no deberíamos venir a ella a matar el rato, como dicen algunos en su apatía, sino a vivirla con fruición.