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La tribuna del lunes

José Antonio Vega Vega

'Brexit' y soberanía

Esta semana afrontamos dos hechos de suma importancia: el referéndum británico y las elecciones generales. El resultado de ambos va a condicionar el futuro próximo de España y de Europa. La consulta por la permanencia del Reino Unido en la UE, motivada por el anhelo de los euroescépticos de recuperar competencias estatales --o no ceder más--, pone de relieve que la soberanía de los Estados es un tema que preocupa. La integración en la Unión Europea es un proceso que, además de suponer cesión de poder, marca la propensión a dejar las políticas económicas en manos de organismos supranacionales que establecen normas que los gobiernos, a pesar de su alarde de soberanía, están obligados a cumplir. Todo ello, sin olvidar que la acusada mundialización de la economía condiciona en gran medida las decisiones políticas de los distintos países.

La unificación de los mercados anula las fronteras nacionales. Y si la ley, principal manifestación de la soberanía nacional, tiene un ámbito de influencia territorial, es evidente que el actual proceso de globalización está restringiendo la autoridad de los Estados para controlar la compleja economía mundial. Esta es una de las razones por las que se critica el TTIP.

La crisis del Estado-nación lleva a la crisis de la soberanía popular, lo que determina un déficit democrático. De hecho, la creación de la Unión Económica y Monetaria Europea ha tenido como resultado, no solo la pérdida del poder de acuñar moneda, sino la cesión de competencias a un ente supranacional, como lo demuestra el hecho de que las principales medidas de austeridad --de corte monetarista-- se han tomado por iniciativa de la Unión Europea.

A todo lo anterior, hay que añadir que la ausencia en los tratados europeos de un catálogo de derechos fundamentales y la supremacía del ordenamiento comunitario sobre las constituciones nacionales, supone una merma progresiva en la vigencia de los principios jurídicos de cada Estado y deja a los ciudadanos europeos en la incertidumbre de saber si existe una efectiva protección de sus derechos y libertades por parte de los gobiernos nacionales. Las elecciones generales son, pues, cruciales para determinar nuestro futuro. Pero el resultado del test del referéndum británico --Brexit o Bremain-- tampoco nos es intrascendente. Europa está en juego.

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