LAS RELIGIONES

El siglo XXI

Ángel Doncel Cervantes // Cáceres

Si el Papa Juan Pablo II, sucesor de Pedro, lleno del Espíritu de Dios, dijo, citando a André Malraux, que el siglo XXI sería el siglo de la religión o no sería en absoluto, por qué muchos viven sin ningún credo.

Por qué muchos tratan de desterrarla. Por qué alguna vez nos creemos autosuficientes. Por qué cada religión cree estar en posesión de la verdad absoluta y se encierra en sí misma, obviando que todos procedemos de uno y habiendo un solo Dios para todos y de todos, por qué nos empeñamos en no comulgar con los que siempre serán nuestros hermanos.

Y cómo se trata a un hermano. Y si todos tenemos la dignidad de ser hijos de Dios, todos tenemos el mismo padre. Entonces, por qué nos separamos.

Y si somos hermanos, por qué nos enfrentamos. Y por qué muchos de esos enfrentamientos tienen su germen precisamente en una mala interpretación de la religión, dando lugar al fanatismo, al radicalismo, al separatismo.

Muchas veces a la búsqueda equivocada de una falsa identidad, pues al fin y al cabo, todos somos ciudadanos del mundo. Las reivindicaciones con ella relacionada junto con la creencia carente de todo sentido de la exaltación de algo que nunca existió.

Todos somos iguales a los ojos de Dios. ¿Estamos todos en condiciones de creer firmemente en el Dios que nos dio la vida, regalo gratuito y lleno de todo el amor?

La fe es una gracia, un don del cielo. Si la tenemos, no es por nuestros méritos, ni por nuestras obras. Auméntanos la fe.

NUEVOS SANTOS

Canonizaciones interesadas

M. Llopis Piferrer // Madrid

¿Qué diríamos de un rey en horas bajas que se dedicara a proclamar solemnemente con frecuencia «héroes de la patria» a una serie de reyes que le precedieron poco antes en el trono?

No hay que ser muy listo para darse cuenta de que lo que pretende es reforzar el cargo y buscar que glorifiquen su memoria.

El humilde papa Francisco no hace más que canonizar cada dos por tres a sus más sus cercanos predecesores, algunos tan discutibles como Wojtyla, añadiéndoles personajes más digeribles, como ahora acaba de hacer al canonizar a Paulo VI junto al arzobispo mártir Óscar Arnulfo Romero.

No cabe duda que este papa jesuita argentino sabe hacer las cosas muy bien; claro que, de tanto repetirlas, se le ve el truco a Bergoglio.