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La curiosa impertinente

Carmen Martínez-Fortún

La verdad

Frederick Forsyth es un viejo joven que a sus ochenta años estrena novela, arrepentido o aburrido de su retiro. Líbrenme las Musas de corregir al creador de un villano perfecto como Chacal, pero permítanme discrepar de sus últimas declaraciones en las que afirma que cada vez es más difícil saber qué es verdad y qué no lo es. Pues esta curiosa, que deja las intrigas para las novelas, apasionada de no complicar las cosas y de llamarlas por su nombre, afirma que para la vida normal y no la elucubración filosófica o teológica tan interesante y tan enredosa, la mítica pregunta de Pilatos puede contestarse muy a menudo sin riesgo de error.

Por supuesto que solo un creyente convencido o un fanático redomado podrá responder con certeza absoluta a las grandes preguntas metafísicas, pero fuera de ellas, la impertinencia de esta opinadora no le obstaculiza para tener unas cuantas cosas claras y afirmarlas sin pudor. Y sí. Sí existe todavía una desigualdad efectiva entre hombres y mujeres, no ya solo en los países musulmanes, sino en las pretendidas democracias y estados del bienestar. Y sí, pese a todos los logros legales, todavía queda mucho camino por recorrer, tanto en el ámbito familiar donde, en España al menos, siguen incólumes aquellos hábitos por los cuales son las niñas las que ayudan en casa, como en el mental y educacional, frente al hecho probado de que muchos adolescentes siguen perpetuando sus conductas de control sobre sus novias y muchas adolescentes confunden ese control con amor.

Y no. No hay ese número desmesurado de denuncias falsas que justifique la derogación de unas leyes que pretenden proteger a la mujer. Y sí. La mujer sigue siendo mucho más vulnerable que el hombre. Y sí. La existencia, persistencia y semi inmunidad de una sola manada es suficiente para avergonzar a todo el país. Y sí. Sin esfuerzo, sacrificio y rutina de estudio, se podrá aprobar pero es imposible aprender y formarse. Y no. A ningún gobierno le ha importado la opinión de los profesores a la hora de regular la educación.

Y sí. Julen sí estaba en el pozo.

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