Tras ver el anuncio de los nominados para los premios Oscar 2019, me han venido a la mente una serie de cuestiones. Por ejemplo, no sé cuál es el motivo de que las películas de superhéroes tengan más dificultades que otros géneros para recibir un Oscar. Mi conocimiento sobre el funcionamiento de las nominaciones, siendo sincero, es reducido, y mi capacidad para la crítica cinematográfica está aún en proceso de desarrollo. Pero sí conozco bien el género y los factores que lo conforman, y es uno de los que más dinero recauda en la industria cinematográfica. Por ello, no logro entender el porqué de esta infravaloración.

Cada vez más espectadores quedan atrapados en las increíbles aventuras que muestran las películas de superhéroes. Los actores son de primerísima línea y sus intervenciones, de las más cotizadas. La publicidad que reciben es grandiosa y el nivel de agrado social es abrumador. El mencionado anuncio de los nominados a los Oscar 2019 me ha hecho comprender la hipocresía que existe en el mundo del cine y los intereses que hay detrás. No se aprecia lo suficiente la maestría de esas historias, que para mí son obras de arte. Por un lado, están demostrando que, si no fuera por el color de la piel del protagonista, no tendrían en cuenta este tipo de películas. Por otro, siguen desprestigiando el contenido relacionado con ese género. Creo que el favor que piensan que están haciendo es más un paso hacia atrás que otra cosa.

LAS CIGÜEÑAS

Mañanas de Malpartida

María Francisca Ruano

Cáceres

Al volver y adornar las tejas de los tejados y sus nidos artificiales, las cigüeñas blancas, aves de patas largas y rojas, no canoras, mudas, haciendo castañear el pico y crotorar para avisar de cercanos amigos o enemigos, de su épico viaje migratorio, no exentos de problemas y bajas inevitables.

Causalidades y casualidades creadas por el ser humano --como sucede también consigo mismo-- inmersas en los ruidos de pueblos o ciudades, y sus voces y gritos, esas alas, el aleteo, al planear y la plegarse, enérgicamente, ¿habrán gozado de libertad, autonomía, redención?

¿O fue como lo nuestro?

VUELING

Premio a la desfachatez

Uxue Valls

Zaragoza

Viajamos a Venecia con la compañía Vueling para iniciar un crucero de fin de año por las islas griegas. Éramos nueve pasajeros, tres de los cuales menores de siete años.

El vuelo fue cancelado sin explicaciones. Perdimos la primera escala. La compañía nos proveyó de tíquets para volar a Brindisi, ciudad cercana a la siguiente escala, Bari. Pero las maletas no llegaron hasta cuatro días después en la escala de Atenas, una de ellas rota y con importantes enseres desaparecidos.

En la oficina de reclamaciones de Vueling en Brindisi nos indicaron que compráramos la ropa y enseres necesarios. Nos explicaron y documentaron nuestros derechos: nos abonarían un máximo de 350 euros por maleta perdida, siete en total.

Una vez en Barcelona enviamos los justificantes. Vueling nos respondió que se hacía cargo de una indemnización global por el retraso y las sustracciones de 150 euros.

Vueling es líder en reclamaciones, y yo añado a este palmarés el de la desfachatez ante el cliente. Te indican una cosa en un lugar y otra distinta en otro para despistarte e incumplir con lo legislado.

El contacto a lo largo del proceso ha sido impersonal y vejatorio: nadie ha dado la cara en nombre de la compañía. Hemos decidido dar a conocer este caso, reclamarlo a través de la asociación de consumidores y avanzar por la vía jurídica.