Extremadura necesita un cambio. Urge hacerlo. Nuestra tierra se está desangrando, se está empobreciendo, se están destruyendo negocios, se están paralizando inversiones vitales para muchos pueblos, se están poniendo en juego principios necesarios para nuestro desarrollo, como la igualdad y solidaridad entre territorios, y todo esto está ocurriendo con la permisividad --cuando no la colaboración-- de los principales responsables políticos autonómicos y estatales.

Somos la comunidad autónoma con la tasa de paro más alta de España y la segunda más alta de toda Europa. Con el triste récord de poseer la tasa de pobreza más alta de todo el país y con un tren más propio del siglo pasado, el señor Vara se jacta de arreglar la vida de las personas. En una tierra con una población envejecida y de la que huyeron 4.200 jóvenes el último año por falta de oportunidades, no cabe ni una gota más de socialismo.

El tándem Vara/Sánchez, ese nuevo PSOE al servicio de Torra y los independentistas, de cuyos votos y aprobación dependen, es completamente inaceptable para los intereses generales de los extremeños. Si ellos continúan, nuestra tierra sufrirá. Habrá más paro, más emigración, más presión fiscal y más pobreza.

Una comunidad autónoma como la nuestra, que sufre la mayor presión fiscal de España, deberá soportar más impuestos: como esa subida del 31% del diésel o la «armonización» de sucesiones y donaciones; y ya saben que en el diccionario que manejan Vara y Sánchez armonizar significa subir. Los paganinis siempre son los extremeños de a pie, esos a los que les prometió eliminar el canon del agua y que seguirán pagando.

Si Vara y Sánchez se quedan, la situación de Extremadura empeorará, será una comunidad autónoma sometida a intereses espurios, con un gobierno predispuesto a la autocomplacencia, obediente a su gran jefe Pedro Sánchez, que ya ha demostrado que sabe gobernar para sobrevivir, que tiene un manual de resistencia para romper el principio de igualdad, que está dispuesto a incrementar la inversión en Cataluña un 66%, mientras los extremeños debemos soportar como se retrasa una vez más el AVE hasta 2026.