Pocas veces he tenido dudas a la hora de votar en unas elecciones municipales, hasta este año, en que las dudas me asaltaban, pues la última representación del PP en Cáceres me tenía insatisfecho.

Veía muchas dudas y cambio de postura en asuntos que me parecían importantes. Siendo defensor de la mina de litio, (siempre condicionado a que se cumplieran las perspectivas de trabajo que prometían) no entendí que el partido de gobierno en el ayuntamiento, en un principio dijera «sí a la mina» y después cambiara radicalmente de postura.

Como paseante y observador a diario del parque del Príncipe, los últimos años ha estado muy abandonado. Desaparecieron empleados del mismo y el abandono se transformó en destrozos continuados de bancos, papeleras, roturas de registros de agua, con la consiguiente pérdida y, sobre todo, con el cierre de los servicios públicos, donde los paseantes asiduos tuvimos que buscar rincones para hacer nuestras apremiantes necesidades fisiológicas. Peor lo tuvieron las mujeres.

Con la nueva y cara ampliación del parque, todas estas deficiencias podrían cambiar, pero tengo mis dudas, pues si no hemos sabido cuidar lo poco, como vamos a cuidar lo mucho, pues habrá que necesitar una mayor cantidad de personal y dinero.

La elección de Jesús Bermejo para la lista del PP está haciendo plantearme por optar de nuevo votarlos, si se incluye en la lista como persona válida y no, como una opción captadora de votos.

Conozco poco a Jesús, pero le he visto siempre muy desenvuelto y participativo en los eventos cacereños. Creo que pueda ser el eslabón que una a los partidos que formen el ayuntamiento y, sea un punto de paz en las disputas que habrán de tener y, un ejemplo a seguir para aquellas personas que encontrándose en situaciones parecidas a la suyas puedan aportar a nuestra sociedad, una visión diferente de la vida y la convivencia.

Animo Jesús, me gustaría verte defendiendo y aportando soluciones a los problemas de nuestra ciudad, con el cariño que las personas como tú, dais al resto de los que nos creemos normales.

No puedo olvidar, que cuando he acudido al ayuntamiento con respeto, solicitando cambios en algunas deficiencias que me parecían fácil de resolver, también he sido escuchado y atendido con prontitud.

Que tengamos suerte y encontremos un ayuntamiento dialogante para resolver los problemas de nuestra ciudad.