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Placer literario

Releer un clásico

Entiendo la biblioteca personal como una especie de biografía lectora; pero, del mismo modo en que hay momentos que no queremos recordar, también hay libros que no tienen lugar en las estanterías. No por vergüenza, por lo menos no en mi caso. Si por lo menos el libro logra que te dé vergüenza haberlo leído, ya tiene cierto valor, como todas las experiencias bochornosas por las que se pasa. Cuando hablo de libros superfluos, me refiero a los que no cuentan en tu biografía lectora porque no te contaron nada. Otros, en cambio, necesito releerlos para saber cómo hemos cambiado desde la última vez.

Este verano uno de mis propósitos de relectura era La Regenta, de Clarín, pero no encontré el libro en la estantería. Mientras recorría los estantes por si lo había guardado mal ya sabía que no estaba allí, que lo había prestado a alguno de esos amigos que son como dimensiones paralelas en las que los libros desaparecen durante años, atrapados en una espiral de buenos propósitos (el próximo es este), mala conciencia (no se lo puedo devolver sin haberlo leído después de la brasa que me dio) o despiste.

Se trataba de una edición académica, en dos volúmenes, por la infinidad de notas a pie de página y comentarios. Era el ejemplar que había leído cuando estudiaba y que había releído hace ya demasiado tiempo, por eso no sé cuánto lleva fuera de casa.

Pero, ahora que lo pienso bien, no importa. Me lo compraré de nuevo. Y esta vez quiero uno que contenga el texto desnudo, sin notas a pie de página que me aparten de él porque los ojos no pueden evitar bajar a ver qué pone ahí. Un libro sin prólogo sesudo sobre el autor y la época, la relevancia de la obra en el corpus de la literatura española o universal, sobre la recepción de la novela y alguna puntilla sobre si es mejor o no que Madame Bovary. ¿Qué más da?

Quiero quedarme a solas con el texto. Para leer La Regenta como toda obra literaria merece ser leída, no como un objeto de estudio venerable, momificado, sino por el puro placer de la lectura, para volver a Vetusta y reencontrarme con Ana Ozores. Pasa, pasa. ¿Dónde has estado todo este tiempo?

* Escritora

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