Esta semana comenzábamos en Navalmoral la de Mata. En estos últimos meses no me he cansado de repetir, una y otra vez, que la política cobraba su mejor y más primigenio de sus sentidos, es el de ser la verdadera herramienta de transformación social, y lo único, lo único que queda cuando la ciudadanía no tiene más que sus recursos a su disposición, cuando al que nada tiene le sostiene los pilares públicos del Estado del bienestar; es en los momentos de mayor dificultad cuando más se necesitan y se demuestra el valor de lo público, del esfuerzo colectivo, y es el momento de demostrar que la vulnerabilidad se combate con medidas; en esta pandemia se ha demostrado un ejercicio responsable y de cooperación de todas las instituciones del Estado, volcadas en ello al unísono, con una movilización excepcional de recursos económicos. Y si hay una que me gustaría destacar en el día de hoy desde aquí con reconocimiento y la fortaleza demostrada, ha sido a quienes están al frente, en primera línea, ejerciendo esta misión, ha sido a los alcaldes y alcaldesas, a los trabajadores municipales, pues son ellos y ellas quienes siempre mantienen el pie en el suelo para que nada ni nadie pueda perder el equilibrio, quienes con sus desvelos y esfuerzo han estado ahí.

El lunes junto a Miguel Ángel Morales, Secretario Provincial del PSOE de la Provincia de Cáceres, y a Teresa Nuria García, diputada de la Asamblea de Extremadura, analizábamos las inversiones previstas en Navalmoral de la Mata por la Junta de Extremadura con una dotación de 6.542.833€ y como eje de acción la excepcional labor de la alcaldesa Raquel Medina para que esa apuesta sea una realidad, me gustaría señalar y defender su lucha por el avance su localidad, por todas y por todos sus habitantes, por la preocupación de su educación a través de la Escuela de Idiomas, de la piscina municipal… pero aún más por el Expacio Navalmoral, punto de cohesión y desarrollo.

Una mujer que defiende y trabaja por sus ciudadanas y ciudadanos.

Este 8 de marzo será un día para volver a exclamar la necesidad de que una sociedad más igualitaria es más demócrata, más justa; en el que pongamos la mirada atrás para conocer cuánto hemos conseguido gracias a tantas voces anónimas pero sobre todo para reivindicar todo lo que nos queda por conseguir, la brecha sigue siendo insoportable y esta pandemia lo ha puesto de manifiesto. Será un 8 de marzo diferente pero vivo, más vivo y necesario que nunca.

*Filóloga y diputada del PSOE