Dos mil euros. Eso vale que te vean desnuda y te graben sin saberlo. Es la indemnización por daños morales que tendrá que pagar el ya expresidente de una conocida fundación cacereña por haber engañado a unas jóvenes modelos que querían hacerse unas fotos y ni se imaginaban que acabarían enseñándole su cuerpo sin su consentimiento. No tenía intención de pedírselo, claro, la cámara estaba oculta.

La sentencia por un delito contra la intimidad continuado, porque lo hizo con varias mujeres, algunas de ellas menores, se conoció la semana pasada y me ha retrotraído a La manada y una agresión que el próximo 7 de julio cumplirá cinco años.

En ambos casos, las víctimas han tenido la valentía de denunciar el delito, a pesar del coste psicológico que debe conllevar, el primero la vergüenza de contar a tus familiares lo ocurrido.

Desconozco por qué las modelos han llegado a un acuerdo por esa indemnización (más dos años de prisión para el condenado, que no cumplirá porque no tenía antecedentes, una multa y la prohibición de acercase y comunicarse con ellas durante cuatro años), pero puede que lo que supuso el caso de La Manada para la víctima haya tenido algo que ver.

Esa pérdida de intimidad con la difusión de su nombre y su imagen; la burla de algunos energúmenos; ese volver a sentirse víctima, esta vez de una sociedad que puede llegar a ser asfixiante... No las culparía. Mejor el acuerdo y la intimidad social.

Pero en sentencias como esta se vuelve a demostrar que la ley es muy permisiva con ciertos delitos. Porque él pagará como mucho durante cuatro años, pero ellas no olvidarán lo vivido en toda su vida. Aunque en este caso, gracias a que el condenado es una persona pública, sí le acompañará el escarnio social, las miradas y comentarios de reprobación, seguro más dañinos que una multa.

Al igual que la víctima de La Manada, estas modelos no dijeron que sí y estoy segura de que, gracias a la primera, esta necesidad de consentimiento aparecerá en la nueva Ley de Libertad Sexual que está a punto de llevarse al Congreso. Su caso removió conciencias y no se olvida.

La idea es conseguir una actualización de los delitos y las penas más acorde con el daño infringido a las mujeres, que son las que mayoritariamente sufren agresiones de tipo sexual. Ojalá el resultado final esté a la altura.

*Periodista