He visto esta noche un cielo muy fuerte como un continente de nubes muy negras y nubes muy grises y blancas. 

Un trozo de cielo parece contarme una historia o soy yo quien espera a que me la cuente. Apenas asoma un resquicio de luna y las nubes despacio como un velo muy fino se van deshaciendo. 

Asoma la luna redonda: parece tener un cristal transparente guardando un océano en un día de sol. Emito en silencio un deseo, podría decirse plegaria. Arriba de la luna, me sorprende el perfil de un hombre con barba y los ojos cerrados. 

Parece llevar un turbante con una sonrisa tranquila en los labios. Una sonrisa paciente y socarrona. Sea quien sea, es alguien que me conoce muy bien en este pedazo de cielo dibujado para mí o tal vez es la historia que quise contarme. O tal vez un lienzo de cómo estoy en este momento. 

Sé de cierto, que cosas hubo que no estaban en mi guion y he de apartar a la razón (descreída) como las nubes se apartan de la luna. Ahí queda la luna, y el cielo más despejado. Para quien quiera leerlos, o espere que le ilustren una historia. Algo quedará también para quien no espere nada, quizá sea así como haya que mirarlos. Escribo esto para perder la costumbre de mirar sólo hasta la altura de los edificios.

Pablo Bigeriego González-Camino // Badajoz