Síguenos en redes sociales:

Tribuna abierta

Ramón Gómez Pesado

Los que faltaban

Hace ya un tiempo largo, y más de un tiempo a esta parte, en que nuestro idioma castellano va experimentando grandes y profundos cambios, algunos de manera inesperada, en que tenía la certeza de que, al expresar con contundencia la frase «¡Ya estamos todos!», la verdad es que daba la sensación de que faltaba gente. Y no es que faltaran todas, porque ellas ya estaban incluidas en todos. Los que verdaderamente faltaban eran «todes». Y es que, bien pensado, no está nada bien que empleemos todos y todas, y nos dejemos a «todes» en el fondo de la faldriquera.

Hace no menos de la mitad de años que yo cuento hoy, que nos hubiera costado un gran esfuerzo pronunciar la palabra «jueza», y ahora, en unos pocos años, nos suena mejor al oído decir «la jueza» que «la juez». Todavía nos cuesta un poco decir «la médica» en lugar de la médico, pero creo que eso es cuestión de tiempo y de repetir unas pocas de veces esa palabra para acostumbrarnos a su fonía. ¡Y anda que no nos rechinó en los huesecillos de nuestro oído interno cuando oímos en televisión decir aquello de «portavozas»! Nos dolío en el oído y también en la vista, porque acostumbrados a «voz» y a «voces», lo de «vozas» costaba un riñón asimilarlo. Pero es cuestión de decir unas pocas de veces (que bien podían ser «vezas») «portavoz», «portavoza», «portavoces» y «portavozas», y así todas las mañanas, antes de desayunar, y acabarán sonando bien.

No hay duda que los tiempos cambian y, en un futuro no muy lejano, seguro que no sólo habrá pandemias, sino «pandemios» y también «pandemies». Y en las universidades españolas, que ya hay profesoras y profesores, también llegarán, estoy seguro, «profesoros» quienes, posiblemente, serán los que se encarguen de implementar nuevas metodologías, «metodologíos» y «metodologíes» de enseñanza, que se aplicarán no sólo a los estudiantes, sino también a «las estudiantas» y «los estudiantos». 

Los tiempos cambian y, en un futuro seguro que no sólo habrá pandemias, sino «pandemios» y también «pandemies»

Y, cuando salgamos a dar un paseo por el campo, además de setas, podremos recoger «setes» que, seguro que será una nueva especie que estará a punto de ser descubierta en alguna asociación de seteros, o de seteras, o de «seteres». Y, además de ovejas y ovejos, habrás «ovejes» y vacas, y «vacos», porque ya hace tiempo que hay «vaques» que pastan por las bellas y verdes tierras de Asturias. Y habrá «conejes», que brincarán felices por los campos entre los conejos y las conejas. Y, aunque ya hay liebres y liebros, también habrá «liebras», que serán listas como nadie para burlar a los galgos, y a las galgas, e incluso a «les galgues» si les hubiere.

Y ya no nos gobernarán sólo presidentes y presidentas. Seguro que llegará a haber también «presidentos», y posiblemente de «une repúblique nueve», que podría ser algo así como una mezcla entre la monarquía y la república de las que hoy conocemos. ¡Quién sabe! Y tendremos que ir aceptando los cambios que nos vayan sorprendiendo con la más absoluta normalidad.

¡Quién nos iba a decir, hace unos años, que la canción de Eurovisión la iba a ganar una señora con toda su barba! ¡O que un señor, con toda la suya, iba a quedarse embarazado, o embarazada, o «embarazade», e iba a ser capaz de dar a luz a su «hije»! No debemos quedarnos atrás y esforzarnos en ser lo más inteligentes que podamos y, si se nos pide, ¿por qué no?, «inteligentas» e «inteligentos», porque, si lo pensamos un poco, todo es cuestión de levantarse temprano y, en ayunas, pronunciar la palabra nueva que se nos ocurra unas diez mil veces, o «vezas», o quizás «vezos», y ¡ya estaría!

*Ex director del IES Ágora de Cáceres

Pulsa para ver más contenido para ti