Esta semana, en un acto un tanto extraño porque se convoca a una visita por parte de responsables públicos a una obra que todavía no está terminada, se constata que la estación de ferrocarril se queda en el centro. Se sabía desde 2013, pero ya no hay ninguna duda. Es una excelente noticia, una estación cercana al centro redundará en beneficio de facilitar la llegada de visitantes. Queda integrada en la ciudad, aunque no tanto.

Y ese es el problema. Está bien la estación en el centro, pero siempre que no sea una barrera. No son muchos los vecinos que quedan al otro lado de la vía, pero los hay. Y lo que sorprende es el silencio de aquellos que hace unos meses anunciaban soluciones para hacer más accesible la vía y que ahora, sin embargo, no dicen nada. Tanto cargo público el martes en la estación de ferrocarril merecía algo más que un solo anuncio sobre el grado de ejecución de una obra que hace tiempo tuvo que estar terminada si se hubiesen cumplido los plazos que se daban en un principio. La inversión, la remodelación de la estación, estará finalizada, si no hay más retrasos, durante el verano. Este verano.

Que la estación esté en el centro, estuvo cerca de que se trasladase a la carretera de Malpartida, cerca del hotel Palacio de Arenales, tampoco tiene que significar que sea un espacio solamente para viajeros. El bar quedará fuera del recinto, pero la estación no solo debe estar cerca del centro para los que vengan de fuera, sino también tiene que seguir estando céntrica para que los cacereños puedan entrar en su estación.

"La estación está integrada en la ciudad, pero desde luego las vías no, son una barrera sin un paso asequible"

El casco urbano de Cáceres tiene al este suelo protegido, allí está la Montaña y la Ribera del Marco, al norte pasa algo parecido, La Mejostilla se encuentra con la zona de especial protección de aves, por el sur ocurre un tanto de lo mismo, hay suelo que es de protección especial, por lo que solo queda el oeste, pero en el oeste está la vía del tren.

En la visita que se celebró el martes se echó en falta que alguien hablara de que la vía se hará más permeable, que la centralidad de la estación, en vez de alejar aún más a los barrios que están al otro lado, los va a acercar. Durante 2018 se pusieron sobre la mesa soluciones que solo han quedado en anuncios vacíos. Los que están ahora en el gobierno no pueden olvidar lo que anunciaban en la oposición. Una vez que se mantiene la estación en el centro y que se tendrá un recinto más moderno, el paso siguiente es que la vía no sea una barrera que separe.

En el año citado se plantearon diversas alternativas. Una, promovida por el PSOE, era encajonar dos tramos de la vía entre Aldea Moret y La Cañada, se llegó a presentar al presidente de Adif y se promovió una proposición no de ley en el Congreso de los diputados, pero no se ha vuelto a saber nada. Desde luego Adif, como aseguró el martes su director de Alta Velocidad, no tiene nada ni en proyecto ni en redacción.

Tampoco se sabe nada de aquel anuncio que, también en 2018, realizó el PP cuando estaba al frente del gobierno local de que se desarrollarían los nuevos viales planificados en el plan general municipal de urbanismo para con un paso elevado salvar la vía del tren y dar otro acceso tanto a Aldea Moret como a La Cañada. La estación está integrada en la ciudad, pero desde luego las vías no, son una barrera sin paso elevado.