En el PP andan un tanto revueltos de un tiempo a esta parte. Desde que el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, ha empezado a mostrar una cierta predisposición a liderar el partido en determinados ámbitos, han surgido las intrigas y las confabulaciones. Pizarro gobierna en la única gran ciudad extremeña en manos del PP y ya ha dicho que se va de la política municipal y que está a disposición de su partido como hombre disciplinado que es. Pero sus pasos deben darse con el beneplácito de Monago, quien por ahora sigue teniendo el bastón de mando y no parece que lo quiera soltar. La dirección del PP en Génova no se pronuncia, su hombre de confianza en Extremadura sigue siendo Monago y así lo ha constatado, pero se mantiene neutral. Eso sí, no quiere guerras internas que enturbien unas encuestas que se presentan al alza y recomienda listas de consenso y buena sintonía ahora que Madrid ha dado la campanada con Díaz Ayuso y los indultos al ‘procés’ pueden hacerle mella al gobierno de Sánchez. 

Monago lleva dos legislaturas perdiendo las elecciones, pero es verdad que no tenía alternativa. Miraba para atrás y no veía a nadie más que a su propio equipo, el mismo con el que ganó los comicios en 2011 y mandó al PSOE a la oposición. Pero ahora, de repente, surge una posibilidad, la variante placentina, la cual tendrá que torear, bien para medirse con él en un congreso con dos candidatos, bien para integrarlo cara al futuro otorgándole una condición de delfín o heredero. 

En la política, y sobre todo en clave electoral, se tienen que tener en cuenta muchas variables, entre ellas la apetencia personal. Y ahí se mira también mucho lo que haga el oponente, en este caso el PSOE. No en vano, de un tiempo a esta parte, en el PP se baraja la posibilidad de que Vara pueda no presentarse a las próximas elecciones si es llamado a mayores responsabilidades por parte de Sánchez.

Tener a Vara enfrente es una cosa, (ha ganado las dos últimas elecciones y en concreto la última por mayoría absoluta), pero verlo en Madrid de ministro y medirse con otro candidato en Extremadura es una situación muy diferente. En cualquier caso, el presidente extremeño niega la hipótesis de su marcha a la capital del reino. De momento, ha dicho públicamente que se presenta a la renovación de la secretaría general del partido, que se tendrá que decidir en el congreso que se celebre en diciembre o en enero próximos.

El congreso del PP, por su parte, como todos en toda España, será a la vuelta del verano, por lo que si hay movimientos internos de pactos o acuerdos éstos se cerrarán en el periodo estival que acaba de comenzar. Monago guarda silencio acerca de su futuro, pero es verdad que no ha dicho que no vaya a ser candidato. Es más, alardea del respaldo que le presta Casado y dice sentirse muy cómodo por cómo se están llevando las cosas en la dirección nacional. 

La aspiración de los populares está clara: quedarse con los escaños de Ciudadanos y tratar de alcanzar una mayoría en solitario o con Vox si sale y procede. Cuentan tan solo con 20 escaños frente a los 34 del PSOE, pero es verdad que Ciudadanos tiene 7 y Unidas por Extremadura (Podemos+Izquierda Unida+Equo+Extremeños) 4. La distancia con el PSOE es amplísima y las encuestas internas le dan a Vara una holgada mayoría, pero queda aún un camino de 2 años hasta las urnas y puede pasar de todo, hasta que Sánchez no aguante la presión a la que está sometido por parte del PP y convoque elecciones anticipadas. 

En cualquier caso, antes de que acabe 2021 se despejarán muchas incógnitas. Es verdad que hay primarias y que una cosa es un congreso regional de un partido y otra la elección de un candidato, pero también sabemos que todas las formaciones políticas, las tradicionales y las de nuevo cuño, tienden a buscar y elegir a un único líder para todo, digamos que las bicefalias están malditas. Así pues, con los congresos regionales del PP y del PSOE de finales de este año o comienzos del siguiente se sabrán muchas cosas, seguramente todo. Es más, sospecho que incluso antes.