Cuando era un adolescente, incluso antes, el verano me gustaba porque con la relajación de los horarios podía quedarme escuchando la radio hasta muy tarde. En la SER, después del inefable José María García, a las doce de la noche, comenzaba ‘Medianoche’, un programa que presentaba Antonio José Alés. Sí, era solo presentador, pero con una voz espectacular y un sentido de la noticia que solo se tenía antes y que daba mil vueltas a muchos licenciados en Periodismo que ahora se ponen ante un micro. Fue el primero en abordar los misterios, mucho antes que Iker Jiménez y su ‘Milenio 3’, que, en cierta medida, recogió su antorcha. Fue el primer profesional de la comunicación que puso en marcha una idea estupenda: la Alerta Ovni. Una noche de verano las miradas de sus por entonces 12 millones de oyentes (la radio era otra cosa) se dirigían al cielo en busca de esas luces y artefactos. Las conclusiones eran sorprendentes: la península era cruzada de cabo a rabo por objetos sin identificar y que tenían comportamientos sorprendentes.

Un discípulo aventajado de Alés ha seguido su estela: Joaquín Avenza. Desde una emisora regional, Onda Regional de Murcia, ya ha alcanzado la trigésimo primera edición de la Alerta Ovni. Será en unos días, el 30 de julio. La llegada de internet ha permitido dar una dimensión internacional al fenómeno. El presente es un año especial para los seguidores de los ovnis: el Pentágono ha admitido que desde hace años sigue de cerca el fenómeno y ha desclasificado un informe en el que reconoce que no sabe qué es lo que surca los cielos. Y en Extremadura tenemos un caso, el sucedido en Talavera la Real (1976), que implica a militares y humanoides. Será cuestión de estar atentos al cielo. Ellos están ahí, de eso no hay duda. La frase: La Poesía no explica el mundo, da fe de su misterio. (Beatriz Villacañas).