Soy Karen Fonseca, la madre del niño de 24 años que se ahogó en el pantano de Orellana a finales del pasado mes de julio. Lo primero que quiero es agradecer a Dios y a todas las personas que me han brindado su apoyo tanto moral como económico. Gracias a mi familia, a los amigos y a otras personas que no nos conocían de nada pero que igualmente nos han ayudado mucho. Tanto españoles como latinos se han solidarizado conmigo y con mi niño, y ya está todo listo para la repatriación de su cuerpo. Aún no tengo el día exacto para su regreso a nuestros país, pero el trámite ya está hecho y solo nos queda esperar a que nos llamen. Yo lo único que quería era poder llevarme a mi hijo a Honduras. Él se vino aquí conmigo, a Don Benito, para poder estar juntos, es lo normal que quiere una madre, estar con su hijo y poder ofrecerle un futuro mejor, aunque fuera lejos de nuestro país. Ahora sobrellevo el dolor de su pérdida como puedo día a día.

Pero quiero volver a dar las gracias de nuevo a todas las personas que me han ayudado y que han estado acompañándome en momentos muy duros, sin ellas no hubiera podido llevar a cabo todos los trámites ni asumir los gastos de la repatriación. De corazón, gracias.

*Karen Fonseca, Don Benito