Esta semana le dije a una amiga que me acompañase a comprar unos libros. A la vuelta, me miró la bolsa de reojo y me dijo: ¿qué haces con tantos libros en casa? Mi contestación fue dudosa: apilarlos, pero con dificultad, me gusta encima volver a leerlos así que a veces no sé como hacerlo. Esa mañana aún el sol era de verano. Justo al cambiar la estación, mojarme con las primeras lluvias otoñales y despertarme con los truenos volví inconscientemente a Marsé. Si en tiempos de tormenta uno busca el cobijo de un pararrayos e intenta no moverse, yo hice exactamente eso con la lectura. En una semana donde la memoria volvía a estar presente, yo me lancé súbitamente a los recuerdos, supongo que a veces actúan de pararrayo, y a una novela de la que su autor pretendía hablar «de la persistencia del deseo y las estrategias del olvido». Tenía subrayado con lápiz de mi primera lectura «Vamos a sustituir el argumento por la realidad desnuda» a lo que se contestaba «la realidad nunca se nos ofrece desnuda». Y así es, la realidad y los argumentos conviven, se superponen, se retroalimentan, luego están los que los desdibujan. En este mismo libro Marsé afirmaba con rotundidad: «la patria que me proponen los nacionalistas es una carroña sentimental». 

Esta semana, en un lugar donde uno se siente profundamente la universalidad y la grandeza de la que ha sido capaz Extremadura, Cáceres, al albergar un museo de la magnitud del Helga de Alvear, en la celebración de los Diálogos del futuro de la energía organizado por el Gobierno de España escuché al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara que «Extremadura produce un 436% de la energía que necesita, de manera que el 76% de la energía que se produce en la región es consumida en otros lugares de España». Continuaba, «aquellas comunidades autónomas que nos están echando en cara que somos receptores de fondos o financiación deberían saber muy bien que, a veces, tienen esas rentas altas por la energía producida en otros lugares… como Madrid que solo produce el 4% de la energía que necesita».

La elección de este diálogo, permitidme que me detenga y resalte que es bajo ese término, con esta temática ha sido del Gobierno de España por ser Extremadura una referencia en la generación de electricidad mediante renovables. En Extremadura en 2020 las energías verdes ocuparon el 73,9 % del total del parque generador extremeño. Se trata de la mayor cuota alcanzada por la comunidad autónoma desde que existen registros. De hecho, es el tercer porcentaje más alto del país. Extremadura fue la única Comunidad Autónoma que estuvo en la presentación del PERTE para el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado.

Hay una Extremadura que continúa su agenda de progreso, con datos que permitirán que el futuro se sitúe aquí; realidad y argumentos.

*Filóloga y diputada regional del PSOE