Se repite tanto el hecho que va camino de convertirse en un triste tópico: para Cataluña inversiones y para Extremadura, parches. Pero es así de claro, porque el mismo día que se constituyó la mesa de negociación de Sánchez con Cataluña, conocíamos una resolución del Ministerio de Transporte en la que el gobierno decidía acondicionar la carretera N-430 en lugar de hacer la autovía A-43.

 El proyecto reivindicado por los más de 50 pueblos afectados en Extremadura y Castilla-La Mancha, que sufren a diario el riesgo de circular por una carretera con una importante circulación de tráfico pesado y una acumulación insufrible de muertes y accidentes, queda apartado en favor de otros proyectos más interesantes para el gobierno. Esto se repite una y otra vez con nuestra tierra: se deja aparcada mientras vemos cómo se invierte en infraestructuras de otras regiones.

Para calmar las posibles protestas, nos ofrecen parches para ir tirando. Las protestas no son de Vara, claro está, porque para él y su gobierno ese parche es una «buena noticia» según han dicho. No hay manera; no replica ni por el paro, ni por el índice de pobreza, ni por la falta de infraestructuras y de inversión, ¿qué más tiene que ocurrir para que deje el servilismo que le profesa y reivindique ante Sánchez las necesidades de Extremadura?

No piensen, además, que las mejoras de esa carretera serán inmediatas. El parche necesita su tiempo, es decir, ni siquiera eso estará en los presupuestos del próximo año 2022. Harán falta 30 meses para hacer un estudio de esas mejoras; es decir, dos años y medio para un informe y después a licitar la obra. Vamos, que, si se hace algo, será a largo plazo.

Lo mismo ocurre con la autovía de Cáceres a Badajoz. Quienes frecuentamos esa salida de la ciudad hemos visto cómo, para evitar que acabara el plazo que concedía la declaración de impacto ambiental, se ha hecho una rotonda a la altura de Aldea Moret. Y hasta ahí la única actuación de la futura autovía entre las dos capitales extremeñas; nada más se ha hecho, ningún tramo se ha licitado aún ni hay dinero previsto en los próximos presupuestos.

Las infraestructuras necesarias para el desarrollo y la competitividad de la región, y que además son herramientas fundamentales para la lucha contra la despoblación, se alejan una y otra vez por la falta de interés que generamos los extremeños a este gobierno, y aunque lo de Cataluña y Bildu suene a cliché, no por eso deja de ser cierto. Vemos ejemplos continuamente, de los que además presumen con reverencias y sentándose en mesas de negociación; con beneficios y homenajes a presos, y con dinero que se cuenta por miles de millones. Mientras que aquí, Vara se encarga de apagar los posibles fuegos que provoque el menosprecio de Sánchez a Extremadura.

*Ingeniera técnico agrícola y diputada regional del PP