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Satisfacciones

Tomando como referencia unas antiguas declaraciones del Presidente del club Santa Teresa de fútbol femenino, no nos deberíamos quejar de lo que nos falta, sino que hay que apreciar lo que hemos conseguido.

De esta forma, tanto en los inicios de curso político, académico, profesional… como en los finales de una etapa, serían buenos momentos para hacer balances.

Serían buenos momentos para estar agradecidos por la oportunidad de haber podido aportar. Por contribuir. Por añadir y no restar.

Serían buenos momentos para reflexionar, para hacer recapitulación de lo realizado y del mismo modo, para echar en falta algunas cuestiones mejorables.

En ese sentido, también son buenos momentos para los retos. Para mostrar/mostrarte disponible a acometer nuevas senda o continuar el mismo camino con ideas y proyectos renovados y actualizados.

En muchas ocasiones, quizás el problema sea la escasa autoestima o valoración del trabajo emprendido. Es lo que habitualmente conocemos como déficit de pedagogía. No se trata de vanagloriarnos, pero tampoco de que se desconozca el alcance de nuestras acciones o que al menos se compartan para poder sumar cada vez más.

Estamos ante la oportunidad de hacer frente a demandas que relacionen las activides ejecutadas con iniciativas que enganchen, que estimulen, que motiven. En definitiva, que recuperen la frescura con la que se iniciaron los primeros proyectos.

Pero también, nos encontramos ante la tesitura de poner encima de la mesa ese torrente de fuerzas y de ganas que se precisan para volver a ilusionarte y contagiar del mismo a los que te acompañan.

Fuerzas y ganas, junto con ideas y contenidos, son las que nos deben hacer levantarnos, mirar al frente y coger impulso.

Tenemos que ser capaces de construir horizontes donde se aúnen las experiencias previas satisfactorias, con el aprendizaje a lo largo de la vida. Todo ello junto nos hará repensar brillantes objetivos.

Como en las nuevas teorías de recuperación de la actividad física, se regeneran mejor los músculos cansados o deteriorados por la repetición una y mil veces del mismo ejercicio, no manteniéndote parado, sino siempre activo.

Lo importante es calcular la intensidad, el instante y el equipo.

El éxito o las buenas prácticas vendrán entonces sin problemas.

 * Historiados y diputado socialista 

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