Aunque España es un país de brocha gorda, cuando se trata de defender a la tribu se hila muy fino, así que introduciré este texto con breves definiciones y datos. Según la RAE, «rico» es alguien «adinerado, hacendado o acaudalado». «Adinerado» es «que tiene mucho dinero». «Hacendado» es «que tiene muchos bienes raíces». Y acaudalado es «que tiene mucho caudal» («hacienda, bienes de cualquier especie, y más comúnmente dinero»). 

Para definir «mucho» es necesario comparar, y como vamos a hablar de Extremadura, necesitamos datos: la renta media de la región es de 20.926€ por habitante, 1.744€ al mes (octubre 2021, Agencia Tributaria). Con información anterior a la pandemia (que ha alterado disfuncionalmente los datos), en Extremadura el ahorro medio se sitúa en 193€ al mes (octubre 2018, Rastreator), es decir, 2.316€ al año. 

Ahora vayamos a la edición 208 del Diario Oficial de Extremadura (DOE), de 28/10/2021: última Resolución de la Consejería de Hacienda y Administración Pública que determina la publicación de las declaraciones de actividades, bienes, derechos, intereses y rentas de cargos públicos extremeños nombrados por designación política. Prescindiré de nombres, porque están en la fuente original y no son lo más relevante aquí. 

¿Qué nos encontramos? Por ejemplo, uno de los declarantes informa de una renta anual de 119.932,74€ que, unida a otros ingresos por actividades por cuenta ajena (66.944,36€), supone un total de 186.877,10€, es decir, 15.573,09€ mensuales (9 veces la renta del extremeño medio); esa misma persona tiene dos inmuebles en la provincia de Badajoz, uno de ellos de 154 metros cuadrados, y dos coches. 

Otro de los cargos públicos declara poseer seis inmuebles, en diferentes grados de participación, tres de ellos al 50%: una parcela con vivienda de 9.500 metros cuadrados, dos viviendas, de las cuales una de 300 metros cuadrados, un garaje y un local comercial, del que no se detallan los metros, todo en la provincia de Badajoz. El valor catastral declarado conjunto asciende a 170.493,10€, que habría que multiplicar al menos por cuatro en precios de mercado. Esa misma persona cuenta con seis vehículos: tres coches, dos motos y un ciclomotor. El mismo declarante posee dos planes de pensiones que suman 197.000€, además de tres cuentas bancarias y su salario. Conjuntamente, hablamos de un patrimonio cercano al millón de euros. 

Un tercer ejemplo lo tenemos en alguien que declara una cuenta corriente con 68.562,56€, tres vehículos, tres bienes inmuebles en gananciales (dos urbanos de 150 y 120 metros cuadrados en la provincia de Badajoz y uno rústico de 375 metros cuadrados en la provincia de Cádiz), además de una renta anual de 65.453,06€. Por coger solo la cuenta corriente, un extremeño medio, a razón de los 2.316€ anuales que puede ahorrar, tardaría casi 30 años en poder contar con un capital que este declarante gana cada doce meses. 

"Aunque su trabajo redundara en bienestar no estaría justificada la enorme diferencia entre su nivel de vida y la sociedad para la que trabajan"

Pongamos solo un cuarto ejemplo, de un cargo público que declara cuatro bienes inmuebles, dos de los cuales, en gananciales, son fincas rústicas de 34.350 y 12.889 metros cuadrados, además de una vivienda unifamiliar de 193,43 metros cuadrados, todo ello en la provincia de Badajoz. También posee tres cuentas corrientes que suman 48.192,66€, una clínica veterinaria propiedad de su cónyuge, tres vehículos, dos seguros que suman 99.610,28€ y un salario anual de 56.338,36€. 

Si escuchan a los que viven de esto, siempre hay razones para justificarlo, pero hace años que a mí no se me ocurre ninguna. Ni los valores democráticos ni la idea de eficiencia son compatibles con que las élites de una sociedad se enriquezcan al tiempo que esa sociedad se empobrece. Aunque su trabajo redundara en un progresivo bienestar para todos no estaría justificada la enorme diferencia entre su nivel de vida y la sociedad para la que trabajan pero es que, además, no es así: el único bienestar que mejora es el suyo. 

El porqué tienen más predicamento quienes fomentan, sostienen y se aprovechan de este statu quo, que quienes llevan, llevamos, años proponiendo ideas para cambiarlo, es sin duda un caso de estudio, sobre todo teniendo en cuenta que Extremadura sigue siendo una de las regiones más pobres de España.

*Licenciado en CC de la Información