Opinión | Nueva sociedad, nueva política

Algo se mueve en Extremadura

A nuestra región suele llegar tarde lo que ocurre en el mundo. Pero llega

Concentración contra la mina de litio en Cáceres en una imagen de archivo.

Concentración contra la mina de litio en Cáceres en una imagen de archivo. / El Periódico Extremadura.

Las condiciones sociopolíticas singulares de cada región provocan que las ondas expansivas de lo que ocurre en el mundo —y en nuestro propio país— tarden más o menos en llegar. A Extremadura, por la marginación estatal, su exigua población y el menor peso de las urbes, suele llegar tarde. Pero llega.

La profunda ola de descontento social, más patente entre 2011 y 2015 y más latente desde 2015 hasta hoy, viene alcanzando Extremadura con cuentagotas, pero parece que llega el momento de la verdad. Obligado a la síntesis por el espacio, lo explicaré en los tres estratos donde, más que nunca, algo se mueve en Extremadura: el social, el sindical y el político. 

En lo social, Extremadura ha mostrado siempre un pulso poderoso, y aunque ya no es la región de aquella rebelión rural del 25/03/1936, el hecho de que esa jornada se reivindique como el verdadero «día de Extremadura» y que haya nacido un nuevo sindicato homónimo, son símbolos de la permanencia de ese latido histórico. 

Son muchos los hitos contemporáneos, pero debemos resumir en los dos más relevantes: la victoria ecologista en Valdecañas y la creación de la plataforma cacereña Salvemos la Montaña. Sobre el primer asunto ya me extendí el pasado martes 3, solo subrayar su gran significación en el nuevo contexto económico de venta a trozos de Extremadura.  

En cuanto a lo segundo, el movimiento social contra la mina de litio a cielo abierto que pretende horadar la Sierra de la Mosca, no solo ha obligado a casi todos los partidos a rechazarla, sino que está llamado a liderar la oposición. Las declaraciones del presidente extremeño de la semana pasada confirman lo que algunos dijimos desde el primer día: esa mina se hará sí o sí. Los cacereños solo pueden confiar en Salvemos la Montaña para intentar que no sea así. 

En lo que se refiere al sindicalismo, hace mucho tiempo que se viene resquebrajando el duopolio —oligopolio eventual—, con intereses políticos en los grandes partidos. Quizá uno de los síntomas más claros de que Extremadura se mueve es el nacimiento de PEAGEX (Plataforma de Empleados de la Administración General de Extremadura), nacida para reclamar la deuda de la Junta con los empleados públicos, pero que puede consolidarse como una alternativa fuerte si quiere y sabe hacerlo. No es difícil, en un sector, el público extremeño (un tercio de todos los trabajadores de la región) donde el logro último provino de una sentencia estimatoria del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (00159/2021) a instancias de una pequeña organización (Sindicato Independiente Progresista, SIP), que ha supuesto, gracias a la aplicación de sentencia del Tribunal Supremo (STS 1674/2019), de 2.000€ a 5.000€ para laborales «funcionarizados» a los que se había retirado sus legítimos trienios. 

La profunda ola de descontento social viene alcanzando Extremadura

En cuanto a la política, la reciente encuesta encargada por el Grupo Prisa a 40dB muestra el calvario que le queda al PSOE por delante y la gran pujanza de VOX en la región; aunque no es trasladable directamente a las elecciones autonómicas, la reciente creación de nuevos partidos locales, tanto en la provincia de Badajoz (AL@CO, La Coronada, 19/02/2019) como en la de Cáceres (AGILA, Aliseda, 20/04/2022), es síntoma de los movimientos tectónicos. 

En cuanto a los partidos regionalistas, existen cinco grandes opciones, a la espera de si Cacereños por Cáceres, escindido de Cáceres Viva el 08/05/2021, se registra como tal: el decano Extremadura Unida (13/02/1981), el clásico Extremeños (01/07/1997), la local Cáceres Viva (07/08/2020), Una Extremadura Digna, presentada el pasado 04/07/2021 aunque con base en la social ODP (Organización para la Defensa de lo Público) de Villafranca de Los Barros (03/12/2014), y el recién llegado pero brioso Juntos por Extremadura (30/11/2021). Que todos menos uno se fundaran en Cáceres, lo dice todo. Aunque la debilidad manifiesta es su atomización e incapacidad para la armonización debido a sus grandes diferencias ideológicas, son el último y principal síntoma de que en Extremadura, por fin, se mueve algo, lo que siempre será una excelente noticia para la ciudadanía, que debería participar activamente en este renacimiento sociopolítico, y una mala nueva para las redes clientelares verticalizadas entre lo social, lo sindical y lo político durante demasiado tiempo.

*Licenciado en CC de la Información

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