El Periódico Extremadura

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Baloncesto. LEB Oro

Javier Ortiz

Odio a Roberto Blanco

Roberto Blanco y Javier Ortiz.

Casi nunca escribo columnas de opinión, pero el día que se ha hecho oficial su renovación me parece justo y necesario. Voy directo y sobre todo sincero: odio a Roberto Blanco. Y lo voy a explicar lo mejor que pueda. Sobre todo, me parece despreciable su constante falta de educación, lo pequeño y negro que tiene el corazón, lo mal que trata a todo el mundo, sea quien sea. Nunca le he visto sonreír a nadie ni tener una palabra amable con un niño o con un aficionado de a pie que se ha acercado para felicitarle por la marcha del equipo.

Le odio por lo poco implicado que está en el proyecto del Cáceres, por cómo ensucia el sentimiento que muchos tienen por este equipo. Me parece increíble lo poco que entiende lo que es el club: su hinchada, su (peculiar) directiva, los jugadores que pasan año a año, sus colores. Y es que en general el baloncesto es algo que aborrece, lo mismo que trabajar de sol a sol para mejorar y que las cosas funcionen. La cantera también le importa entre nada y cero.

Le odio por sus malísimos resultados al frente del equipo: lo salvó por pura suerte cuando sustituyó a Ñete Bohigas mediada la 2018-19, encontró la excusita de la pandemia para no terminar la 2019-20, fracasó no entrando en los ‘playoffs’ en la 2020-21 y en esta última apenas ofreció resistencia en ellos ante el tercero de la liga regular, el Força Lleida. Y todo esto con plantillas multimillonarias a las que nunca ha sabido entender. Todo normal cuando se curra tan poco como él.

Le odio por lo mal que entiende mi trabajo, porque siempre me está reprochando lo que publico. Y eso que constantemente me está filtrando fichajes, pero yo me mantengo incorruptible y sigo con esta aversión completamente justificada y racional hacia él. Pero no soy el único: la grada tampoco le traga. Tampoco es raro todo esto conociendo a su pareja, a su familia, a los que dicen ser sus amigos y le traicionan como hicieron en Valladolid hace unos meses, por poner ejemplo. Gente terrible, lo juro. Y encima es de Plasencia, me parece que decía.

¿Contentos? Yo por lo menos sí.

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