El Periódico Extremadura

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Saturnino Acosta

encerado y clarión

Saturnino Acosta

Desestabilización docente o la teoría del caos

Pasamos de la estabilización al caos, y si algo no nos merecemos precisamente los docentes es más caos

El pasado 28 de Abril, de este año, que no veo el futuro, aunque lo intuya, escribía en esta misma columna un artículo de título ‘Desestabilización Docente’, respecto al acuerdo de estabilización nacional de puestos de trabajo, pues si algo ha generado la famosa Ley 20/2021, no es estabilidad, ni tranquilidad, ni seguridad, precisamente todo lo contrario, inestabilidad, inseguridad, intranquilidad y a buen seguro un cabreo general, y si no general, generalizado, una vez finalizado. 

Como decía el pasado 28, el mal acuerdo, al menos para los docentes, alcanzado en la Mesa General de Negociación de los Empleados Públicos con el Gobierno, más las modificaciones de la ley introducidas en el Congreso de los Diputados, y sin entrar en si es correcto o no correcto, bueno malo o todo lo contrario, cuando se acuerda algo sin pensar en todos los colectivos sin excepción, más a golpe de titular pensando en el impacto electoral, que en el real, pasa lo que pasa, que ni es orégano, ni es monte, sólo unas intenciones no negociadas ni pactadas, que pueden pasar una muy mala factura a determinados sectores, antes, durante y mediante.

La realidad es que a día de hoy y por mucho que nuestros compañeros y compañeras con lengua vernácula no quieran reconocerlo, sus opciones de acceso se multiplican en relación a aquellas comunidades que no la tienen, no sólo por la restricción de acceso a su comunidad, por la puntuación del certificado acreditativo del C1 en el idioma de la lengua vernácula. Otro aspecto no estudiado en su día, y de aquellos barros estos lodos, la libre concurrencia de todo el estado a todas las comunidades, pues por desgracia, en un sistema educativo desvertebrado, nada tiene que ver canarias con Andalucía, o Cataluña con Extremadura, y recuerden que en principio se estará exento de periodos de prácticas. Para más desestabilización, cada cual ha interpretado la tipología y número de plazas según les ha parecido, pero no por querencia o intuición, porque en muchos sectores no hay relación de puestos de trabajo, y cuando eso ocurre cada cual saca sus propias conclusiones y necesidades.

Y puestos a aludir al refranero y como era de prever, ya algunas comunidades intentan barrer para casa mostrando su intención de «sí pero no», o «sí pero cuando nos convenga» o «quietos que quien se mueva no sale en la foto».

Lo cierto es que el plazo para enviar las plazas al Ministerio acaba ya y la teoría de la estabilidad a día de hoy parece más la teoría del caos, que como todo el mundo sabe al final tiene su orden, pero no deja de ser caos. 

En definitiva, pasamos de la estabilización al caos, y si algo no nos merecemos precisamente los docentes es más caos.

*Maestro

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