El Periódico Extremadura

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Francisco Rodríguez Criado

Esperpentos políticos

Para muchos ciudadanos la política es mero ocio. Manifestaciones, rifirrafes, memes, intercambios de zascas televisados, broncas en el Congreso... ¡Qué divertido, que no cese el espectáculo! La política es una liga futbolera retransmitida, día tras día, para satisfacer los deseos espurios de una población hooligan. 

"La política es una liga futbolera retransmitida para satisfacer los deseos de una población hooligan

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Los políticos, que lo saben, en vez de actuar con responsabilidad como lo que son, altos funcionarios a quienes pagamos con nuestros impuestos, se comportan como actores de una farsa. Y hemos de aceptarlo, pues nos dan lo que les pedimos: entretenimiento, broncas, enfrentamientos. Lo que en una empresa privada sería penalizado, aquí se premia con generosidad. 

El último esperpento lo tuvimos días atrás en el Congreso, cuando la diputada de Vox Carla Toscana, rebajándose al nivel de Twitter, aseguró que el único mérito de Irene Montero es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias. 

¿En qué le beneficia esta trifulca al ciudadano? En nada. Solo favorece a Carla Toscano, que saca músculo y se postula como sustituta de la huidiza Macarena Olona, y a Irene Montero, una pésima ministra que ha hecho del victimismo su razón de ser. 

Y mientras tanto España ya está viviendo una crisis soterrada bajo el eufemismo de «inflación». La subida de los precios (la alimentación, los combustibles, las hipotecas...), sin el respaldo de una subida de los sueldos proporcional, es en puridad una crisis que está poniendo contra las cuerdas a muchas familias a las que ya les costaba llegar a fin del mes. 

Este es precisamente un problema que no tienen nuestros políticos, que cobran un buen sueldo por participar en ese teatro infame de batallitas ideológicas que sirve para incendiar las redes sociales, pero no para que llenemos el carro de la compra. 

Vienen malos tiempos, y la factura no la pagarán los políticos, sino quienes les aplaudimos sus grotescas representaciones teatrales.

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