Desde el norte

Fuera de cobertura

Sin un transporte óptimo, Extremadura no será la que elijan las grandes empresas y sí la que verá a sus jóvenes marcharse

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

En Extremadura, y supongo que en otras muchas regiones de España, hay puntos donde te encuentras con que no hay cobertura en el móvil, estás incomunicado y, la verdad, se agradece. Pero valga este símil para hablar de otra cobertura que también nos falta y que, en este caso, supone un perjuicio y un agravio comparativo con otras comunidades del país.

Me estoy refiriendo a las comunicaciones por tren y también en algunos casos por carretera. Ya se ha dicho y reclamado por activa y por pasiva el desarrollo del AVE. A pesar de que los retrasos se siguen acumulando y, cuando dicen 2022 se alarga a 2025 o más, lo cierto es que todo está ya en marcha y, esperemos que más pronto que tarde, llegue la electrificación y podamos ser testigos de cómo la alta velocidad cruza nuestra región, como debió hacer hace años.

Pero el AVE no lo es todo y, esta semana, se ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de recuperar el tren Ruta de la Plata, en su tramo completo de Astorga a Sevilla. Este ferrocarril no es menos importante que el AVE, sobre todo si hablamos de mercancías y así lo ha puesto de manifiesto el Consejo Económico y Social de Extremadura, en el que están representados empresarios, sindicatos y colectivos sociales, además de políticos.

Resulta que, de momento, tres tramos extremeños están incluidos en el Corredor Atlántico, pero con un horizonte de consecución del año 2050, vamos, que la importancia que se le da desde España y Europa es nula.

Así que, aunque la sociedad civil hace mucho tiempo que lo viene reclamando a través del Movimiento por el Tren Ruta de la Plata, ahora parece que la demanda es unánime y, tanto el CES como el gobierno regional piden que se le dé prioridad y entre en la red básica del corredor para que el horizonte de ejecución, con la salvedad de los retrasos de siempre, sea el 2030.

Porque un territorio sin buenas comunicaciones está fuera de cobertura, tanto empresarial como socialmente. Sin un transporte óptimo, Extremadura no será la que elijan las grandes empresas y sí la que verá a sus jóvenes marcharse, como ya lo hace y la que seguirá acusando la despoblación.

Y si los trenes son necesarios, también lo es la conexión con Portugal por autovía hasta Monfortinho y la recuperación de las líneas de autobús. No lo duden, movilidad es igual a vida. 

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