El ayuntamiento comenzó ayer la demolición de las tres últimas casas que aún quedan adosadas a la muralla en el tramo que va del párking del parador hasta la puerta de Coria. Con su derribo desaparece el único obstáculo para el proyecto de rehabilitación que la Junta de Extremadura tiene previsto iniciar este mismo mes, después de que el martes concluyera el plazo de presentación de ofertas para la adjudicación del proyecto.

La primera demolición ha llegado cuatro meses después de aprobarse por la junta de gobierno, ya que al no haber acuerdo entre el ayuntamiento y dos de sus propietarios sobre su valoración económica, ha tenido que abrir un procedimiento de expropiación. Se ha hecho por el trámite de urgencia, de forma que el consistorio tiene ya la posesión de las casas y por tanto puede derribarlas sin haber pagado aún a los dueños.

DECIDE EL JUSTIPRECIO Para fijar su valor habrá que llegar al justiprecio y será el juzgado autonómico de valoraciones el que decidirá entre el precio estimado por el ayuntamiento y el propuesto por los dueños.

Mientras tanto, la edil de Urbanismo, Mónica García, calculó ayer que la demolición de las tres casas habrá terminado aproximadamente en un mes, plazo en el que previsiblemente ya habrán comenzado las obras de restauración por parte de la Junta.

No obstante, el director general de Patrimonio de la Junta, Francisco Pérez Urban --que estará hoy en la ciudad con motivo del simposio sobre el acueducto-- ya dijo que la presencia de los inmuebles no impediría iniciar las obras. Según sus cálculos, este mes estará adjudicado el proyecto de rehabilitación y los trabajos empezarán inmediatamente. Han salido a licitación por 287.520 euros y el plazo previsto de ejecución es de seis meses.