La nueva Puerta de Coria

La visión de la Puerta de Coria va a pasar de tres casas viejas a una estructura metálica de tiras verticales con apariencia de óxido como pórtico a una plaza pública para el disfrute de los vecinos. Es un proyecto de la oficina de rehabilitación (ARI) cuyo arquitecto, Roberto Rubiolo, basa en la doctrina del siglo XX "para que en todo centro histórico exista arquitectura contemporánea y se integre en la vida ciudadana".

El padre de la idea advierte de que "no es un mero cerramiento metálico" y lo define como un juego entre el ciudadano y el monumento porque el interior de la estructura será visitable. No obstante, avisa de que el proyecto podrá ser modificado si la demolición de los inmuebles y el informe arqueológico sacan a la luz restos a recuperar. De la muralla apenas quedan, pero se incorporan en la base a las barras verticales separadas entre sí por 30 centímetros y que dejarán entrever la iglesia de La Magdalena. "Hay que evitar la reconstrucción cuando existen tan pocos elementos originales y además --insiste el autor-- hoy no necesitamos ya una muralla defensiva, sino incorporar al ciudadano al espacio".

La plaza será de losas de granito y adoquines, en consonancia con la intervención prevista en Higuerilla, destaca la aparejadora municipal, Montserrat Jiménez. Bancos con estructura metálica y losas similares al pavimento y tres cipreses completarán el espacio que quedará libre una vez se derriben las casas, de propiedad municipal. El plazo de ejecución de la obra es de tres meses y el presupuesto 109.687 euros. La iluminación es otro elemento a señalar porque se trata de focos empotrados en el pavimento para remarcar la verticalidad y, de día, la natural creará sombras.