Un pregón cargado de magia para animar a disfrutar de la fiesta. Es lo que hizo ayer el pregonero, el mentalista placentino Víctor Cerro, que se atrevió a utilizar de ayudante al Abuelo Mayorga desde su torre del ayuntamiento para sorprender a todos con un juego de cartas a la alcaldesa. Al pregón le precedió el cañeo del mediodía animado por bares del centro y barrios.

Porque los hosteleros ya anunciaron que abrirían sus puertas para las cañas de ayer, adelantándose a la apertura oficial de la feria, que este año se ha retrasado un día, aunque el concejal de Festejos, Blas Raimundo, ha advertido ante las críticas de que "no hemos quitado un día porque hay los mismos festivos, solo hemos retrasado el pregón". En todo caso, para no perder dinero unos y para divertirse y olvidarse de la crisis otros, el ambiente de cañas comenzó a notarse ayer.

Así, calentó el ambiente para el pregón, precedido por un espectáculo de jóvenes senegaleses del centro de menores de Valcorchero. A sus ritmos africanos le siguió la magia de Víctor Cerro y el Abuelo Mayorga . La figura de la torre del reloj del ayuntamiento conversó con el placentino a través de campanadas y adivinó que una carta que había elegido la alcaldesa de una baraja era el cinco de corazones. Una pancarta con esta carta se desplegó ante la torre.

Cerro dijo en su pregón sentirse "ilusionado con mayúsculas porque durante toda mi vida he querido ilusionar a la gente y nunca pensé que todas esas ilusiones me serían devueltas, multiplicadas por siete, de la mano de la ciudad en la que nací".

Animó a aprovechar los vinos, las casetas y a bailar y cantar y predijo que "estas ferias van a ser únicas y lo sé porque soy mago". Además, pidió a los placentinos que impliquen a sus familiares y amigos en la feria para que esta "se abra al mundo".

A sus palabras siguió el encendido de la iluminación del recinto ferial y los fuegos artificiales, además de un espectáculo de danza moderna y flamenco organizado por la escuela Plantagenet en la caseta municipal. Ayer fue también el día de las cenas de las peñas de feria y los niños abarrotaron el parque de La Coronación para subir en los castillos hinchables y mitigar el calor en una fiesta de la espuma.