El ciclismo «es exigente», pero no significa que sea cosa de hombres. «Por educación, las mujeres nos sentimos menos capaces y, a la hora de montar con chicos, pensamos que ellos van a ir más deprisa, que nos van a exigir y entonces, nos obligamos, nos quemamos y, al final dejamos de montar».

Precisamente, para motivar a las mujeres a practicarlo, la Federación Española de Ciclismo ideó en el 2017 el proyecto Woman in bike, que cuenta con líderes en toda España. Margarita Tomé vive en Malpartida de Plasencia y es la líder de este proyecto en la zona norte.

No dudó en apuntarse voluntaria y, después de recibir formación, se encarga de organizar quedadas y rutas que prueba previamente. Señala que la primera quedada fue en Plasencia y «surgió un grupo de 20 chicas» y, a día de hoy, ya son cerca de 80, de entre 30 y más de 60 años.

Su intención es «facilitar» la práctica del ciclismo a las mujeres porque no es necesario más que «saber mantener el equilibrio». Todo lo demás, lo practican juntas. «No se trata de tener habilidad, ni práctica. Nosotras no salimos a competir, ni vamos a exigir nada, se trata de ver hasta dónde llega cada una».

Por eso, a pesar de salir en grupo, van siempre al mismo ritmo, que suele ser el de las más lentas, para que no se sientan descolgadas. Pero además, «hablamos de nuestras cosas, nos divertimos y también descubrimos lugares nuevos», explica.

Montaña y carretera

Actualmente, los viernes se organiza una quedada, de montaña y los domingos, se propone otra de carretera. Cada una se apunta a la que más le gusta y cuando puede. Margarita también las organiza en función de la experiencia de las mujeres, unas de iniciación y otras más exigentes.

El hecho de «pasar por el momento duro y luego superarlo genera una unión entre ellas, surgen amistades», e incluso se forman grupos que quedan para salir aparte del proyecto.

«A mí me recompensa porque me gusta compartir lo que a mí me hace disfrutar y disfrutar a la vez de sus logros».