¿Y si la clave en la lucha frente al cáncer estuviese en los lípidos? ¿Una araña podría ser la solución a la disfunción eréctil? ¿Cómo afecta la obesidad al cerebro? Estas y otras preguntas, y sus respuestas, están al alcance de todos gracias a un canal de YouTube, ScienceBeach (La playa de la ciencia), que el placentino Diego Morales creó hace justo tres años con un doble objetivo, servir de altavoz para los jóvenes científicos y sus resultados y universalizarlos para que la sociedad pueda aprovecharlos.

Diego es biotecnólogo, doctorado en Ciencias de los Alimentos e investigador. Hizo su tesis sobre los beneficios para la salud de la seta shiitake, sobre todo a la hora de reducir los niveles de colesterol y por sus efectos anticancerígenos, antioxidantes, antiinflamatorios y modificadores de la microbiota.

Pero se dio cuenta de que estos resultados, como los de la mayoría de los investigadores, «no llegan a la gente. Yo ni en mi casa puedo presentar el resultado de mi tesis». Porque «se publican en revistas científicas, en inglés, que ya es una barrera, con un lenguaje súper técnico y además, tienes que pagar por acceder a esas revistas».

Por lo tanto, paradójicamente, «la investigación pública, la que se paga con el dinero de todos», no llega al público, subraya.

Por eso, con 26 años, pensó en crear un canal de YouTube, pero también porque, como joven científico, quiere dar visibilidad a sus compañeros de profesión, a «las manos» de los laboratorios, los que se pegan por encontrar financiación para sus proyectos. Todo además con la finalidad, no solo de que la sociedad pueda conocer lo que hacen, sino también aprovecharlo porque sus descubrimientos tienen aplicaciones.

Así nació ScienceBeach, que tuvo al cacereño Daniel Lozano como primer entrevistado. Junto a Quique y Alberto, cámara y editor de las entrevistas que Diego realiza, han dado voz a más de 50 jóvenes científicos a lo largo de más de treinta vídeos. Los ha dividido por temporadas y ya va por la cuarta. La mayoría son entrevistas presenciales, salvo en la etapa de confinamiento por el covid, en que tuvo que recurrir a realizarlas telemáticamente. Su canal tiene ya casi 2.800 suscriptores y cuenta además con más de 18.000 seguidores en Instagram.

Infravalorados

Precisamente, el covid ha puesto en valor la ciencia, pero Diego señala que está valorada a nivel social, aunque esto «no se traduce a nivel político o económico, estamos igual o peor».

Porque afirma que «los salarios son de risa, se malentiende que esto es vocacional y que se nos puede dar un sueldo basura porque demasiado que nos dan algo. Las condiciones son de vergüenza, por eso muchos se tienen que ir fuera».

También esta situación la plasman los protagonistas de los vídeos, que «cuando se van a EEUU flipan porque allí puedes hacer ciencia sin límite. En España las opciones son sonrojantes, es como ser becario toda tu vida, sin estabilidad... Yo no me puedo comprar una casa».

Por contra, destaca que el investigador español «es talentoso y está muy bien valorado fuera de España». Por eso, apuesta por priorizar la investigación en nuestro país y que colaboren lo público y lo privado para multiplicar el desarrollo de la ciencia. Mientras esto ocurre, él seguirá poniendo su granito de arena, en el laboratorio y ante la cámara.