El pasado viernes fue sin duda uno de los peores días de la vida de José Luis Vidal, adjudicatario del restaurante municipal La Isla de Plasencia, que esa madrugada sufrió un incendio que ha calcinado parte de la terraza. Este lunes, aún está conmocionado, aunque ha recibido buenas noticias por parte de su seguro, que le hacen tener esperanza. «Ha sido un golpe tan fuerte que hasta que masticas todas las cosas...»
Porque lo que más le duele son sus 18 trabajadores. Subraya con convicción que este es «un negocio familiar, los empleados son familia y te duele por ellos porque, de la noche a la mañana, se encuentran sin trabajo. Este negocio tiene alma y corazón», explica.
Son un equipo que llevan juntos 8 años y tres meses. «Unos tienen hipoteca, un coche que pagar, niños, es duro». También Oksana, refugiada ucraniana, logró trabajo en el restaurante y es «parte del alma de La Isla y del corazón de los trabajadores». Este lunes tenía previsto reunirse con ellos para organizar qué va a pasar ahora. Su intención es hacer un ERTE durante los meses de agosto y septiembre para volver a contratarles en octubre.
Tirarlo todo para levantarlo de nuevo
Porque es entonces cuando prevé retomar el servicio. El perito ha estado este lunes por la mañana y le ha dicho «que ellos se van a encargar de todo y lo van a dejar todo como estaba». Eso sí, primero «hay que tirarlo todo y después hacerlo nuevo».
Respira tranquilo porque calcula que el coste de la reconstrucción puede superar los 80.000 euros, pero le han dicho que toda la obra la cubrirá el seguro. Lo que ocurre es que «los de los hierros y el aluminio están de vacaciones y hay que esperar a septiembre».
Mientras, la Policía Nacional investiga lo ocurrido y Vidal señala que cuenta con las grabaciones de las cámaras, con huellas que tomó de botellas de cerveza que aparecieron fuera del restaurante y testigos que «vieron a dos muchachos y una muchacha que echaron a correr» cuando todo pasó.
Lo mejor es que cuenta con el apoyo «de toda la hostelería», empresarios y vecinos que el sábado, entre cenizas, le demostraron que están con él.