Más de 350 personas, procedentes de doce países del mundo, conviven desde hace unos días en la residencia Hernán Cortés de Badajoz. Pertenecen a los grupos que participan en el XXIV Festival Folclórico Internacional, que comenzó ayer con el desfile diurno por las calles del casco antiguo pacense y continuó anoche con actuaciones en el auditorio Ricardo Carapeto.

Colorido, ritmo, maquillaje y música inundaron al mediodía la plaza de España, desde la calle la Soledad hasta el paseo de San Francisco. La comitiva, que iniciaba el grupo cultural Huayra Muyo, de Argentina, con sus sonrisas, y cerraron las preciosas mujeres de Yugoslavia, deleitó a su paso a cuantos viandantes se detenían a disfrutar de sus movimientos, sonidos y atuendos. Peruanos e indios eran los más llamativos.

Los grupos han ido llegando a la región de forma escalonada. El último fue el de Canarias, a las dos de la madrugada del jueves. Todos proceden de un circuito nacional en el que Extremadura es la última cita.

Tanta gente de tan distinta procedencia, alojada en un mismo edificio, requiere una organización precisa. Según contaba ayer Rafel García, responsable de los actos paralelos, los grupos suelen comunicarse entre sí en inglés, muchos son sudamericanos, y algunos traen sus propios intérpretes, "o si no, está el lenguaje de signos". La comida es más complicada. Los indios, por ejemplo, son vegetarianos puros.