Contundente golpe a la Camorra. La policía de Barcelona detuvo el martes a dos jefes del grupo mafioso napolitano, con amplios antecedentes en Italia, que se habían instalado en un piso de Santa Coloma de Gramenet (Barcelonés), junto a dos de sus sicarios. Fuentes policiales aseguraron que lo tenían todo dispuesto para comenzar a actuar en España, a juzgar por el abundante material para cometer grandes atracos que les fueron intervenidos: taladros para hacer los agujeros o butrones, tenazas industriales, etcétera.

Los capos detenidos son Patrizio Allard, de 42 años, número uno de la base camorrista en Barcelona, y su lugarteniente, Alfonso Ferriero, de 38 años. La justicia italiana tenía cursadas órdenes de busca y captura contra ellos por "asociación ilícita, robos con violencia e intimidación y detención ilegal (secuestro)".

ATRACO CON 93 REHENES A causa de esas reclamaciones huyeron de Nápoles y se instalaron en Santa Coloma hace unos meses. En Italia eran demasiado conocidos. Un agente italiano que participó en sus detenciones aseguró ayer que en una ocasión tomaron como rehenes a 93 personas durante un atraco a un banco y desvalijaron todas las cajas de seguridad. El agente italiano calculó que sólo en ese golpe el botín fue de unos 3,5 millones de euros.

De esa magnitud eran casi todos sus acciones. No se andaban con menudencias. Y casi siempre actuaban del mismo modo. Estudiaban con minuciosidad casi enfermiza la ubicación del banco y alquilaban un local contiguo o situado encima desde el que efectuar el rififí.

Eran golpes de película. Se pasaban días haciendo el agujero. Perforaban hasta llegar al último tabique, cuyo derribo dejaban para el asalto final. De este modo podían elegir el mejor momento para entrar en la entidad bancaria. Preferían que no hubiera nadie, pero si ello no era posible actuaban igualmente. En ese caso inmovilizaban a los empleados y a los clientes con sus pistolas, pero con precaución. El Grupo de Atracos de la policía española comenzó a investigar a esos italianos de Santa Coloma a petición de los Carabinieri, que se desplazaron a Barcelona con una orden internacional de busca y captura contra Ferreiro, el número dos de la base de la Camorra en España.

Fueron en busca de Ferreiro y se encontraron además con su jefe, Patrizio Allard, y dos de sus hombres: Rosario E., de 42 años, técnico en butrones, y Francesco Paolo F., de 31, experto en vigilancias a bancos. Todos ellos residían en la rambla de El Fondo, en Santa Coloma.

Fuentes de los Carabinieri, que les seguían los pasos por un robo en Génova, aseguraron que los cuatro fueron captados por el grupo napolitano siendo menores de edad.