Cómo logró la oenegé Arca de Zoë disimular su identidad y su intención de evacuar a 103 niños ante las autoridades francesas Para responder a esta cuestión, el primer ministro, François Fillon, ordenó ayer poner en marcha una investigación en el seno del Gobierno. La misión ha sido encargada al titular de Exteriores, Bernard Kouschner, y al de Defensa, Hervé Morin, a fin de esclarecer las circunstancias que permitieron a la organización humanitaria ocultar sus "artimañas", en especial ante la embajada francesa en Chad.

Dos días antes de la detención de 16 europeos acusados de tráfico ilegal de niños, estafa y complicidad, el Estado francés alertó al Gobierno de Chad sobre la poca fiabilidad de Arca de Zoë, pero no detectó el cambio de identidad de los cooperantes, que una vez en territorio chadiano usaron el nombre de Children Rescue. De hecho, el Ejército francés llegó a ayudar al traslado de los miembros de la organización, como hace con el personal humanitario que acude en ayuda de la población en situación precaria, muchos de ellos refugiados del conflicto de Darfur.

LOCAL REGISTRADO Paralelamente se lleva a cabo en Francia una investigación judicial sobre el caso, que de momento ha llevado al registro del local de la oenegé. La intención de las autoridades francesas es apoyarse sobre esta acción de la justicia para que los cooperantes detenidos puedan ser juzgados en su tierra, en aplicación de un tratado de cooperación entre ambos países. Sin embargo, de momento, la secretaria de Estado para los Derechos Humanos, Rama Yade, ha explicado a los familiares que el asunto está en manos de la justicia chadiana y que no cabe esperar una extradición. Francia intenta evitar un conflicto diplomático con Chad, su aliado en la zona ante el próximo despliegue de las fuerzas europeas en el este del país para proteger a los refugiados de Darfur.

Mientras, en Yamena, el juez encargado del caso interrogó ayer a los siete españoles detenidos, así como al presidente de la oenegé, Eric Breteau, y a tres periodistas franceses que formaban parte de la expedición. Una fuente judicial en Chad explicó que el objetivo del juez era "determinar quién está implicado en el caso y quién no", pero el momento verdaderamente clave tendrá lugar mañana, cuando se reanudará el proceso con un careo entre Breteau y los españoles. Se espera que entonces haya una resolución, pero entretanto seguirán detenidos.

DESESPERACION En un receso de los interrogatorios, la azafata española Sara López dejó constancia de la desesperación que embarga a todos los detenidos: "Estamos jodidísimos --dijo, dirigiéndose a la prensa--. Tenéis que hacer algo ya, por Dios. Estamos en condiciones infrahumanas". Los españoles pasaron la noche del viernes en una prisión que los chadianos han bautizado como Guantánamo, una cárcel de máxima seguridad inaugurada hace dos años y reservada a los condenados a muerte.

Los diplomáticos españoles no habían podido hablar con ellos desde su traslado a la capital, el viernes, y anoche, después del interrogatorio, estaban a la espera de poder entrevistarlos. La angustia de los detenidos también apunta a los diplomáticos. "No están haciendo nada", dijo la azafata López.