Josué Estébanez, presunto asesino del joven antifascista Carlos Palomino en el metro de Madrid en el 2007, admitió ayer, en el juicio que se inició contra él en la Audiencia Provincial de Madrid, que le apuñaló porque "tenía miedo" y por "instinto".

"Soy español, nada más, una persona a la que le gusta que gane la selección española", declaró el acusado cuando la fiscal le preguntó si se consideraba "un patriota".

La Fiscalía pide 29 años de prisión para Estébanez por el apuñalamiento de Palomino el 11 de noviembre del 2007 en un vagón del metro cuando el menor supuestamente se dirigía a sabotear una manifestación de ultraderecha a la que acudía el acusado.

Según el relato de los hechos, sobre las 12 del mediodía del 11 de noviembre del 2007 Josué, al ver que en el andén esperaba un grupo de jóvenes antifascistas, "sacó una navaja" y la ocultó en la cara posterior del antebrazo mientras entraban los jóvenes, entre ellos Palomino. El antifascista habló con el acusado y este respondió "de manera inesperada y con la finalidad de acabar con su vida, clavándole directamente la navaja en el corazón", lo que causó la muerte del joven.

Durante su declaración ante el tribunal, el acusado, soldado profesional, aseguró que iba en el metro cuando entraron "punkis y gente rapada", le empezaron a señalar gritando "a por ese" y le rodearon, tras lo que Palomino le dijo que le diera su sudadera y el dinero, a lo que él se negó. "Me empujó y, viéndome acorralado por personas armadas, me entró miedo y pensé que como se lanzaran no salía vivo", declaró.