El número de abortos sigue creciendo en España. En concreto, en el 2008 hubo 115.812, un 3,2% más que en el 2007. Pero, inesperadamente, este incremento es mucho menor al experimentado en el 2007 (del 10%) y se sitúa también por debajo de los registrados desde el 2004 (siempre superiores al 6%). Esta "estabilización", en palabras de la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, da una ligera tregua al Ejecutivo puesto que el número de interrupciones de embarazos no deseados entre adolescentes incluso ha descendido en pleno debate sobre si los jóvenes deben informar a sus padres de que pretenden someterse a la intervención.

Por eso Jiménez, tras asegurar que "hay que seguir avanzando", mostró ayer una "profunda satisfacción". La ministra no achacó la bajada a ninguna medida en concreto, solo afirmó que "las políticas de prevención educativas y de formación han funcionado y son las más eficaces". Jiménez se mostró especialmente contenta con el freno las cifras referidas a las adolescentes. Así, mientras en el 2008 10.221 menores de 18 años interrumpieron sus embarazos, el año anterior fueron 10.353, un 1,27% menos. No obstante, el informe revela datos preocupantes como que una niña de nueve años, otra de diez y 5 de 11 abortaron. Asimismo se sometieron a la intervención más de 6.800 jóvenes entre 16 y 17 años, que con la nueva ley, si esta no se cambia a su paso por el Parlamento, podrán abortar sin informar a sus padres.

Este año por primera vez se ofrecen datos disgregados en función del país de origen de las mujeres, lo que permite conocer que el 54,5% de las que se sometieron a la intervención eran españolas y que un 1,72% eran mujeres que no residen en España y vineron solo a abortar..

Además, el informe vuelve a poner de manifiesto una realidad: prácticamente todas las operaciones (el 98%) se practican en centros privados, algo que pretende cambiar la reforma propuesta. Otro dato digno de análisis es que el 23,5% de las abortaron ya habían pasado por este trance otra vez.

Prácticamente nadie se aventuró ayer a explicar qué causas pueden estar detrás del ligero freno en el aumento hasta ahora desbocado de la tasa de abortos. Excepto la presidenta de la Federación Estatal de Planificación Familiar, Alba Varela, que lanzó dos ideas: por un lado, que en otros países en los que se practican intervenciones el número de abortos al cabo de un tiempo también se han estabilizado y, por otro lado, que la extensión de la píldora poscoital también ha contribuido a que haya menos abortos entre adolescentes.

Por otro lado, Extremadura es una de las comunidades autónomas del país con menor tasa de abortos, con 6,11 casos por cada mil mujeres, según los datos del informe. En concreto, las tasas más bajas de aborto pertenecen a Ceuta y Melilla (3,26), Galicia (3,53), Cantabria (6,09), Extremadura (6,11) y Navarra (6,13) y las más altas a Madrid y Cataluña.

Por edades, las mayores tasas de abortos se produjeron en mujeres de entre 20 y 24 años, seguido de las de entre 25 y 29 años.