Gracias por ayudarnos. Son las palabras que nada más ver a los periodistas pronuncia Nana, una niña saharaui de 9 años que desde hace unos veranos pasa sus vacaciones en Extremadura. Ayer, junto a otros compañeros de aventura, visitó la Asamblea.

Por unos momentos los pequeños pudieron ser diputados. Ocuparon los escaños de los parlamentarios mientras escuchaban la historia de la cámara y la de Mérida. Algunos miraban extrañados a su alrededor, otros incluso interpelaban a la oradora que les explicaba el funcionamiento de la Asamblea. Entre aplausos, como si fueran estrellas de la televisión, recibieron a los miembros del Parlamento. Sentados en sus escaños sonreían cuando el presidente de la Cámara, Fernando Manzano, les dijo que desde Extremadura se trabajará para estrechar lazos de colaboración con el pueblo saharaui y cuando un emocionado Pedro Escobar les dirigía unas palabras de bienvenida. Más adelante Manzano, en una conversación con los periodistas, calificó de "lamentable" la situación actual del Sahara y las condiciones "tercermundistas" que en "pleno siglo XXI" allí se dan.

Lejos de la asfixiante temperatura del Sahara Occidental y de su situación política y económica, aquí, en la región, pequeños como Limam disfrutan por unos días de la televisión, de sus amigos y de la ansiada piscina. "Allí no tenemos nada de lo que hay aquí. Allí sólo hay arena, haimas...", resume Ufi. Ayer todos quisieron expresar su agradecimiento a las familias extremeñas, también el delegado en la región saharaui, Benamar Badadi. Estos pequeños llenan de alegría las casas extremeñas por unos meses. Hogares como el de Beatriz Jiménez, miembro de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Trujillo y una de las extremeñas que posibilita que el programa ´Vacaciones en Paz´, bajo el cuál estos niños viajan a España, sea una realidad. Estos días, la pequeña Manna, de nueve años, pasa las vacaciones en su casa.

Este verano han llegado a Extremadura gracias al programa 282 niños. Marisa Sánchez es la presidenta de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Don Benito. Para ella la situación en los campamentos de refugiados es "cada vez peor". "Los niños vienen cada vez peor en lo que es la alimentación y la higiene debido a la falta de medios", señala. La marcha de los niños en agosto es dura pero su ausencia se compensa con dos visitas anuales que los miembros de la Asociación realizan al Sahara Occidental. Sabah conoce muy bien las dificultades por las que su pueblo atraviesa. Ella vive ahora en Extremadura. Aquí cursa sus estudios. "Allí no tenemos ni futuro ni nada", comenta. A sus 16 años tiene las cosas muy claras. Echa de menos su tierra pero la situación complicada del Sahara le hace casi imposible volver. Es el triste testimonio de un pueblo ocupado obligado a vivir en campamentos bajo el sol abrasador esperando una respuesta de la comunidad internacional que nunca llega.