El club Tentuclásicos, con sede en la población pacense de Cabeza la Vaca, abrió ayer calendario de actividades con una ruta por las localidades de Montemolín y Pallares. Una caravana formada por más de 50 vehículos clásicos, desplazados desde diferentes puntos de la geografía extremeña y andaluza, se dieron cita a primera hora de la mañana en la plaza del pueblo, para deleite de curiosos y nostálgicos del automóvil.

Los participantes fueron recibidos con un obsequio por parte del ayuntamiento de la localidad y un posterior desayuno. Después realizaron una visita guiada por el castillo, la ermita de la Granada, la ermita de San Blás y la iglesia de la Inmaculada Concepción. A continuación, con la intención de disfrutar del entorno natural de la zona, la caravana tomó rumbo hacia la pedanía de Pallares, donde tras el almuerzo finalizó la actividad.

Diferentes épocas

La concentración de clásicos logró reunir coches de diferentes épocas del siglo pasado, con la presencia incluso, de auténticas piezas de museo. José Ramón Regaña Sánchez, presiente del club organizador, que aglutina a medio centenar de socios, explica que "el número de aficionados a los coches clásicos en la comarca de Tentudía cada vez es mayor". Un coche clásico es aquél que tiene más de 25 años de antigüedad, aunque en la concentración de Montemolín pudieron contemplarse vehículos fabricados a principios del siglo XX.

Precisamente, una de las estrellas de la concentración fue un Ford de 1929, propiedad del coleccionista jerezano Joaquín Jiménez, Quinito , todo un apasionado del automovilismo, que descubrió su afición hace unos 13 años y en la actualidad posee una colección propia formada por una decena de clásicos.

Juan Elías Megías, alcalde de Montemolín, se mostró muy satisfecho con el resultado de esta concentración, que tras el éxito de participación y aceptación por parte del público, está dispuesto a repetir en próximas ediciones. El alcalde, agradece al club Tentuclásicos esta iniciativa, que no ha tenido coste alguno para el consistorio ya que son los propios participantes los que se hacen cargo de los principales gastos a través de las inscripciones.