O invisibles o pervertidos. Sospechosos. Indecisos. En una fase. No validados. Este jueves 23 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Bisexualidad y tres extremeños relatan a este periódico sus vivencias y experiencias. También los estigmas que siguen sufriendo. En la sociedad y dentro del propio colectivo LGTBI.

«Hace unos años no teníamos ni siquiera manera de nombrarnos a nosotros mismos. De hecho, hasta el año 2007 la ‘B’ no existía en las siglas de la FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Trans y Bisexuales). Yo sabía que me gustaban tanto chicos como chicas pero fue mucho más tarde cuando descubrí la palabra bisexual», relata Tina Caballero (Barcelona, 1978). Esta catalana afincada en Cáceres desde hace seis años afirma que como bisexual se ha sentido «sospechosa de todo» e incomprendida dentro del propio colectivo: «Siempre hay bromitas del tipo ‘eso es que aún no te has decidido’», relata. «En mi imaginario no existía que me pudieran gustar tanto los hombres como las mujeres. Hasta que crecí y pasaron los años lo pasé muy mal porque pensaba que había algo mal en mí, como si no pudiera estar en ninguno de los dos lados», tercia Sandra Fernández Cebrián (Badajoz, 1984). «Piensan que es una fase entre ser gay o ‘hetero’ y no lo es. Luego también hay mucha gente que realmente no sale del armario y son bisexuales», dice por su parte Juanan Sánchez (Mérida, 2000).

A una «salida del armario constante» alude Fernández Cebrián: «La bisexualidad no está en ninguna de las dos casillas de salida (heterosexual u homosexual) entonces creo que si rompiéramos con ese binarismo podríamos empezar a entender muchas más cosas». Sánchez expone que son necesarios más referentes bisexuales para romper con esa invisibilidad mientras que Caballero subraya que algunos de esos referentes han pasado a la historia como homosexuales o heterosexuales: «Por ejemplo Gloria Fuertes, que se dice que era lesbiana, pero realmente era bisexual», afirma. «A mí me viene a la mente la cantante María Peláez, porque en sus letras creo que juega con eso. No es una cosa clara y ella no se ha definido, pero yo tengo esa sensación», dice Fernández.

Esta pacense, que vive actualmente con su pareja en la localidad de Torre de Don Miguel, en la Sierra de Gata, afirma que la ruralidad puede ser una forma de eliminar muchos prejuicios: «En los pueblos se rompe esa distancia porque conocen a la persona, más allá de tu orientación», afirma. 

Fernández y su pareja sufrieron una agresión en unas fiestas en el País Vasco antes de la pandemia. En una fiesta también le pegaron a Sánchez: «Fue hace varios años y en ese momento no lo denuncié», rememora. «A las personas bisexuales se nos ha impuesto un rol con ciertas expectativas: lujuriosa, promiscua… Necesité varios años de terapia para superarlos», cuenta por su parte Caballero.

Los tres coinciden en que la educación es una herramienta «fundamental» para desechar todos esos estigmas y vivir su orientación en plena libertad.

Juanan Sánchez, en Mérida EL PERIÓDICO

Sexología

«La bisexualidad es la capacidad de sentir atracción sexual, afectiva y romántica por más de un sexo y género», define Ana Yáñez, sexóloga y directora del Instituto Clínico Extremeño de Sexología. «La bisexualidad ha sido invisibilizada durante mucho tiempo. No se incluía en los estudios científicos, en los que había una polaridad ‘homo’/’hetero’», explica. «Hoy día eso lo seguimos viendo a nivel social», añade. Esta psicóloga lamenta que esta dicotomía mantenga «mitos y prejuicios» sobre la bisexualidad. «Se les tacha de viciosos, se les hace comentarios del tipo ‘así ligas más’ y eso, en algunos casos, les hace interiorizarlos y creerlos sobre sí mismos», detalla. Por eso, «llegar a reconocerse es complicado para estas personas y les supone un doble proceso». 

Yáñez, que también es delegada en Extremadura de la ONG Sexología Sin Fronteras, recalca además que «existen tantas sexualidades como personas hay en el mundo». Por eso demanda el reconocimiento y respeto de los derechos sexuales de las personas: «a ser, a existir, al placer, a no ser cuestionados ni temer por nuestra integridad física o emocional».

Tina Caballero SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Actividades

Para concienciar sobre estos derechos y el respeto de la diversidad, tanto Extremadura Entiende como la Fundación Triángulo en Extremadura han organizado una serie de actividades en la región. Entre ellas, este viernes habrá un conversatorio en Cáceres sobre ‘Feminismos y bisexualidad’ organizado por Extremadura Entiende, que también ha preparado el ‘Micro Festival Arte, Activismo y Bisexualidad’ este sábado en Villasbuenas de Gata. 

Por su parte, desde Triángulo han lanzado la campaña en redes ‘Bi-sivilizate’ y este jueves en Badajoz acoge el videofórum y debate ‘¿Cómo nos ven?’. «La bisexualidad sufre una invisibilidad brutal, tanto a nivel externo, social, como dentro de las propias organizaciones, que parece que a veces no priorizamos igual las letras», reconoce Silvia Tostado, presidenta de Triángulo en Extremadura. Por eso Tostado quiere remarcar que «la bisexualidad existe. No son personas viciosas, ni es un capricho, ni se les va a pasar».